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 domingo, 06 de marzo de 2005  
Rosario desconocida
Arquitecto, urbanista e investigador
Wladimiro Acosta nació en Rusia y recaló en Argentina en 1938. Su obra en la ciudad

José Mario Bonacci (*)

Muchas veces es necesario alejarse marcadamente del lugar que habitamos para desde allí poder comprender mejor algo que nos concierna o interese. En este caso nos situamos en Odesa (Rusia) en 1900. En el seno de una familia sefardita nació Wladimir Konstantinovsky. A los 17 años inició un viaje sin retorno que lo llevó a Italia donde se formó como arquitecto. Luego vivió en Alemania, y allí, entre otras contribuciones al arte y a su inventiva exquisita, realizó la escenografía del film "Fausto" de Murnau. En Argentina recaló en 1928 y fiel a su origen, primero trasladó su apellido ruso al español para ser conocido hasta su muerte como Wladimiro Acosta. Su sed de hacer y de perfeccionarse en todo lo relacionado con la arquitectura lo llevó por períodos a residir en Brasil, Venezuela y Estados Unidos, con viajes desde Argentina hacia los vecinos Chile y Uruguay. Cubrió todos los estamentos en el arte de concebir edificios para el hombre.

Fue eximio arquitecto, brillante urbanista, e investigador incansable, buscador sin tregua y sin pausa de la justa respuesta constructiva para el hombre insertado en la naturaleza de un sitio determinado, ejerciendo el goce de una vida plena. De un deseo libre de concesiones o de desalientos nació su sistema Helios, que puede explicarse conceptualmente como un logro de solución en edificios de cualquier tipo, insertándolos en una latitud determinada con perfecta iluminación, asoleamiento y resolución formal racionalizada e integrada armónicamente con el sitio. Así creó el sello Wladimiro, con que solíamos marcar a las obras de este singular arquitecto que visitó la antigua Escuela de Arquitectura local en Pellegrini 250 y que tuvimos el placer de escuchar como estudiantes.

Como futuros profesionales, particularmente nos movió siempre el deseo de conocer arquitectura de valor, pero a ello le agregábamos un complemento vital. Si la obra era calificada, relevante y reconocida, queríamos también conocer a su autor como hombre. En 1966 lo visitamos en su casa de calle La Pampa en Buenos Aires donde vivió 33 años con Telma Reca, su esposa y destacada psicoanalista de fama internacional.

El maestro nos habló con su voz ronca dañada y desfigurada por una traqueotomía a los tres años de edad, y el brillo en los ojos de quien espera reconocimiento y ayuda para soportar su exilio intelectual al que lo sometiera el retiro de su cátedra por una discriminación política absurda impuesta años antes. Nos pidió que intercediéramos para que pudiera trabajar en la facultad rosarina, alimentando así su pasión de docente inclaudicable y capaz. Poco después falleció, el 11 de julio de 1967, por una trombosis cerebral.


Casa Calp
Rosario atesora en Alvarez Thomas 1441 la magnífica casa Calp concebida por Wladimiro. Muestra cabal de sus investigaciones y de sus sueños expresados con el lenguaje de una austeridad cubista a ultranza se integra amablemente con su entorno en diálogo franco con el clima de la calle, sus proporciones, la inserción en el terreno, las jerarquías formales y sugerencias devenidas del sistema Helios. La alegría y el juego de la luz y de la sombra son incentivos indiscutibles para el goce visual y utilitario de la vivienda siempre actualizada con su presencia en el tiempo. De todo el conjunto, dos elementos se destacan con formidable fuerza y exponen con energía la marca Wladimiro-Helios. El estar se vuelca hacia un espacio exterior techado y con doble altura que a su vez se comporta como una sala al aire libre y sobre la cual se vuelca el solarium de la planta alta, elemento indispensable para Acosta y su concepción del goce pleno de la vida.

Este espacio de doble altura, tenía en su medianera norte un cuadrado de 4x4 m. que permitía el asoleamiento franco en invierno y que hoy ha sido cerrado. Todo el conjunto descripto está conformado y controlado por una losa visera y pilotes verticales de hormigón, constituyendo un sistema de sombra franca y asoleamiento adecuado según las necesidades en cada estación. La casa está hoy sensiblemente alterada respecto del proyecto original, con cambios en zona posterior y modificación de interiores. La fachada sobre la calle se mantiene idéntica y muestra con precisión los elementos y postulados propios del sistema Helios complementado con una profusa vegetación. Su murete de ladrillos en línea municipal ha sido remplazado por una reja metálica.

A poca distancia de Rosario se puede admirar la Colonia de Alienados en Oliveros, muestra cabal de un arte humanista y una interpretación magnífica del concepto que alimenta una solución para estas situaciones. Igual enseñanza transmite el Hospital Psiquiátrico de Santa Fe, también nacido con idéntica grandeza conceptual.


Gestada en Córdoba
Recientemente pudimos recorrer y gozar de otra obra maestra gestada por Wladimiro en La Falda, ubicada en avenida de la Patria y construida cuando el poblado era más abierto y disperso, con lo cual esta casa, hoy inserta en un bosque propio que ocupa más de un cuarto de manzana dominaba lejanas vistas hacia los cuatro puntos cardinales del paisaje. En la visita que le hiciéramos poco antes de su muerte nos sugirió viajar a Ramos Mejía (BA), donde pudimos deslumbrarnos con su proyecto de vivienda y estudio artístico nada menos que para la famosa fotógrafa Grete Stern, eminente artista integrada a la escuela de la Bauhaus de Walter Gropius en Dessau (Alemania) llegada al país como intelectual perseguida por el nazismo.

Nada más conmovedor que las palabras de la propia Telma Reca sobre su marido: "...su doctrina se sustenta en la presentación de un apasionado pensamiento arquitectónico, volcado a la busca de la forma perfecta para el desempeño de la función justa. Ese pensamiento es el fruto maduro y decantado de toda su vida, tendida como la cuerda estirada al máximo de un arco, diestra, certeramente, sin vacilaciones ni flaquezas, en una dirección... Quiso aunar en su labor la depurada forma estética llena de un sentimiento vital y monumental de la naturaleza, con rigor y precisión científica... Le espantaba la perspectiva de la sujeción de la vida misma a la tecnificación, y no el progreso técnico al servicio del mejoramiento de la vida... Se rebelaba contra el mero reemplazo de lo viejo por lo nuevo, por la supuesta virtud de lo nuevo por nuevo e inoperancia de lo viejo por viejo... Por la localización de su trombosis fue testigo paralizado y enmudecido, protagonista lúcido de la tragedia de su propia destrucción..."

Un maestro abarcador con perspectiva universal al servicio del hombre en su plenitud de vida. Dejó marcas indelebles y enriqueció la cultura de nuestro país transmitiendo los contenidos con su racionalismo puro. Pero como no podía ser de otra manera para una gran ciudad, también señaló a Rosario con una obra destacada que enriqueció el patrimonio local, extendiendo además su presencia al territorio provincial.

(*)Arquitecto

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La Casa Calp, en Alvarez Thomas 1441.

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