| domingo, 06 de marzo de 2005 | Uruguay Punta del Este, no sólo noche y playa Es sin dudas la ciudad más glamorosa dela costa oriental. Cada año amplía su oferta deactividades para llegar a distintos públicos Ya sobre finales de 2004 Punta del Este anunciaba la mejor temporada de los últimos años. Los operadores inmobiliarios y hoteleros anticiparon altos porcentajes de ocupación, y las autoridades del departamento de Maldonado prometían alternativas para todos los gustos. Los pronósticos se cumplieron con creces. Miles de turistas pasaron durante enero y febrero por la "perla" uruguaya, que ya dejó de ser un destino casi exclusivo de los porteños que "cruzan el charco".
Este año dijeron presente muchos santafesinos, cordobeses y entrerrianos, además de chilenos, brasileños, bolivianos y mexicanos, denominados los pasajeros de "nuevos mercados" según señalan los operadores turísticos orientales.
Y aunque enero y febrero quedaron atrás, para quienes todavía no armaron las valijas Punta del Este sigue siendo una muy buena alternativa. La ciudad no sólo ofrece un exquisito menú de actividades nocturnas. Año a año amplía su oferta de excursiones, visitas guiadas a reservas naturales y suma alternativas culturales que captan la atención de turistas de diferentes edades.
A sólo 140 kilómetros de Montevideo, Punta del Este es desde hace décadas una de las más atractivas ciudades balnearias de la costa uruguaya. Está ubicada exactamente en el lugar donde se unen las aguas del Río de la Plata y del Atlántico, lo que permite a los visitantes elegir entre las calmas aguas de la Playa Mansa (en el sector del río) o las olas de la Playa Brava, ya del lado del océano.
La ciudad es sin dudas una de las más reconocidas en la costa uruguaya por sus alternativas nocturnas que van desde grandes discos y pubs de moda hasta pequeños y coquetos bares, sumados a una tentadora oferta de casinos y salas de juego.
Además, los visitantes pueden optar por diferentes posibilidades gastronómicas que incluyen lugares especializados en pescados, parrillas, modernos restaurantes de comida mediterránea e italiana, y cervecerías.
Aunque siempre fue reconocida como una ciudad glamorosa y "cara", lo cierto es que en Punta del Este se pueden encontrar restaurantes que ofrecen menúes desde 6 dólares por personas. Las opciones en el rubro gastronomía son muy variadas y se extienden en el centro de la ciudad (Gorlero es la calle principal) pero también en otras paradas como Playa Mansa, la Brava, y también en áreas más alejadas como El Bosque o La Barra, cada vez más concurridas.
Lo mismo sucede en cuanto a la infraestructura hotelera. En Punta del Este hay alojamiento 4 y 5 estrellas con precios que superan los 200 dólares por noche, pero también hoteles de 2 y 3 estrellas que cuestan entre 45 y 90 dólares por día.
Encantos naturales La ciudad no sólo ofrece playa, sol y noche. También invita a descubrir sus encantos naturales y los de toda la zona a través de paseos al aire libre, excursiones a las reservas o extensos espacios verdes.
Los llamados "paseos ecológicos" fueron muy demandados esta temporada. A sólo dos kilómetros de la costa, en las aguas del Río de la Plata, se encuentra la Isla Gorriti, un lugar casi de paseo obligado que conserva fortificaciones y paradores en medio de un inmenso bosque de pinos marítimos y senderos que permiten el acceso a dos playas que además de la belleza natural del lugar ofrecen todo tipo de servicios para el turista.
Hacia el otro lado de la península, ya en aguas del Océano Atlántico, se encuentra también la Isla de los Lobos, un tesoro natural de la zona. Uruguay cuenta con una de las mayores poblaciones del mundo de lobos marinos, además de leones y elefantes marinos.
La cantidad y variedad de aves nativas son otro de los atractivos y se pueden realizar avistajes caminando, en bicicleta o en autos particulares. Así se pueden encontrar ejemplares de pájaros carpinteros, benteveos, el llamado picabuey, gaviotas de diferentes variedades, garzas, horneros, gallaretas y teros.
Para quienes prefieren los paisajes marítimos más agrestes pueden visitar a pocos kilómetros de la península la zona conocida como La Barra, y a sólo 40 kilómetros de Punta del Este, José Ignacio, una vieja aldea de pescadores que conserva un paisaje pintoresco donde aún se pueden comprar frutos del mar recién extraídos de las aguas en pequeñas barcas.
Recorrer las chacras de la zona se transforma en otro paseo imperdible. José Ignacio está ubicado entre dos lagunas, Garzón y José Ignacio, que son lugares apropiados para practicar diferentes deportes acuáticos, como wind-surf, canotaje y navegación de pequeños veleros. enviar nota por e-mail | | |