| domingo, 06 de marzo de 2005 | El precio justo Rugby: Rosario y Tucumán dividieron honores Pablo F. Mihal / La Capital Para Rosario el arranque en este 61º Campeonato Argentino no era para nada fácil, pero en sus huestes sobraba confianza más allá de que enfrente esté el siempre complicado seleccionado tucumano. Con aciertos y errores, el conjunto local superó la primera prueba y continúa en carrera.
El empate en 18 tantos tuvo un sabor indefinido. Por momentos el seleccionado dejó la impresión de que podía definir el pleito a su favor y sin sobresaltos. Sin embargo también mostró otra faceta que dejó algunas dudas y material para que los entrenadores trabajen durante la semana. La conclusión cae por su propio peso. Equilibrada la balanza de los pro y los contra el resultado fue justo.
El equipo que conducen Bossicovich, Conde y Noriega tuvo un arranque para soñar. Desde el kick off empezó a apretar contra su ingoal al conjunto naranja pero le faltó definición. Por la punta del Galleguito Martínez Rosario intentó desequilibrar y comprometió seriamente a la defensa de Tucumán que con el correr de los minutos se fue luciendo más.
Con posesión y control Rosario manejaba los hilos del partido, mientras que Tucumán utilizó mucho el pie para poder ganar terreno, aún a costa de perder la pelota.
Rosario insinuaba más. Hacía todo el gasto pero no lograba traspasar ese dominio al marcador hasta que, en una excelente maniobra el Pitu Román Miralles estacionó en el ingoal tucumano.
El try, lejos de encender el partido, aplacó los ánimos. Las acciones decayeron y el partido cayó en un pozo hasta que Tucumán llegó al try desde la formación que mejor manejó: el scrum. El empate llegó en el momento más inoportuno ya que el primer tiempo expiraba. El segundo tiempo daba la oportunidad para barajar y dar de nuevo.
En el complemento Tucumán volvió a sacar provecho de gozar de un mejor scrum. Desde esa formación y utilizando el lado ciego, los naranjas llegaron al try. Aníbal Terán empezaba a ensombrecer el horizonte de Rosario.
La emotividad empezó a jugar sus cartas. Un intercambio de penales le pusieron emoción y hasta una cierta dosis de nerviosismo en la parcialidad rosarina que recién encontró alivio cuando Sebastián Martínez apoyó en la derecha del ataque rosarino, cuando el partido ya terminaba. Así llegó el empate y tanto tucumanos como rosarinos pudieron repartir honores para seguir soñando.
Los primeros ochenta minutos dejaron su saldo. Mostró que Rosario deberá trabajar mucho el scrum, la salida de la pelota de los rucks (debería ser un poco más rápida) y la carrera de algunos jugadores cuando atacan (ayer se lateralizó mucho el juego en vez de entrar en forma perpendicular al ingoal lo que facilitó el trabajo de una defensa bien estructurada como la que lució ayer Tucumán. Como positivo puede tomarse el trabajo en el line y la defensa, pero sobre todo hay que destacar la actitud del equipo que aún en desventaja nunca bajó los brazos. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La pelota no tiene dueño y Román Miralles quiere adueñarse de ella. | | |