| domingo, 06 de marzo de 2005 | Fuego amigo. Giuliana Sgrena llegó ayer a Roma y declaró que el auto en que viajaban cayó bajo "una lluvia de fuego" La periodista italiana aseguró que los soldados dispararon sin previo aviso "No íbamos muy rápido. Fuimos alcanzados mientras hablaba con Calipari", el agente muerto, relató la mujer Roma. - Demacrada y herida, la periodista Giuliana Sgrena, secuestrada en Irak, regresó ayer a Italia horas después de que soldados estadounidenses dispararan contra el auto que la llevaba al aeropuerto de Bagdad, hiriéndola y matando a un agente de la inteligencia italiana que la acompañaba. "No íbamos muy rápido, dadas las circunstancias" afirmó Sgrena a su llegada. "Fuimos alcanzados por una lluvia de fuego justo mientras hablaba con Nicola Calipari", el oficial de los servicios secretos muerto en el episodio, que ha desatado una tormenta política en Italia.
Sgrena, de 56 años, fue ayudada a salir del avión y colocada en una ambulancia, rumbo a una clínica militar. Según Pier Scolari, pareja de la periodista, la redactora le contó que el "momento más difícil fue cuando vi morir en mis brazos a la persona que me había salvado la vida". Calipari había dirigido la negociación con los secuestradores iraquíes hasta lograr la liberación de la periodista.
El ejército de Estados Unidos dijo que en el incidente, un trágico caso de "fuego amigo", el automóvil en que viajaba Sgrena se acercó a alta velocidad a un puesto de control, camino del aeropuerto. Indicó que los soldados dispararon al motor del auto luego de intentar advertir al conductor que se detuviera "haciendo señales con la mano y con el brazo" y luego "con luces blancas", y finalmente, "con disparos de advertencia" al aire. Pero esto no coincide con el relato de Sgrena y los demás sobrevivientes.
Sgrena fue secuestrada el 4 de febrero por un grupo terrorista. A fines del mes pasado apareció en un video rogando por su vida y exigiendo que todos los soldados extranjeros, incluidos los italianos, abandonaran Irak.
Relato de la tragedia "No íbamos muy rápido, dadas las circunstancias; no conseguíamos ni siquiera explicar que éramos italianos", dijo la periodista apenas llegó a Roma. "Fuimos alcanzados por una lluvia de fuego, justo mientras hablaba con Nicola Calipari (el agente muerto), que me estaba contando todas las fases del secuestro", explicó a la RAI.
"Estoy muy afectada por lo que ha pasado, sobre todo en las últimas 24 horas. Pensaba que el peligro ya había pasado después de mi entrega (por los secuestradores) a los italianos, y en cambio sucedió este tiroteo y fuimos alcanzados por una lluvia de fuego", lamentó. Después de pasar un chequeo médico, fue escuchada por un grupo de jueces y fiscales.
Tanto ella como un agente de los servicios secretos que resultó herido han afirmado que "la acción armada no era justificada por el movimiento de nuestro auto, que era regular y no susceptible de equívocos".
Sobre el secuestro, Sgrena contó que la mantuvieron siempre en la misma casa y en manos del mismo grupo de insurgentes. Las frases que dijo en los videos "me fueron impuestas por los secuestradores".
Volviendo al ataque de los soldados, Sgrena aseguró que "no era un checkpoint (puesto de control), sino una patrulla que ha disparado apenas iluminarnos con un faro. No se entendía de dónde venían los proyectiles, antes habíamos encontrado otros puestos de bloqueo" de la coalición.
Cronología del incidente Según la edición electrónica del diario La Repubblica, todo empieza a las 18,50 (hora italiana) del viernes, cuando la TV Al Yazira anuncia la liberación de Giuliana Sgrena. A las 20,15 Al Yazira transmite un video en el que Sgrena aparece en buenas condiciones y agradece a sus captores. A las 20,20, el auto que lleva a Sgrena, al agente Nicola Calipari, jefe de la segunda división de Investigación Exterior de los servicios secretos italianos (Sismi), a un mayor del Sismi y a un colaborador, deja Bagdad para dirigirse al aeropuerto internacional, donde los está esperando un avión militar italiano.
A las 20,55 ocurre el incidente. El auto se desplazaba por la autopista de la ciudad bajo una fuerte lluvia, en una zona bajo toque de queda y cuando ya era de noche. Los agentes italianos no pidieron auxilio de la policía iraquí para que les diera escolta y en consecuencia su auto se movilizaba solo. El mayor herido en el incidente dijo que "a lo largo del recorrido el auto superó al menos tres puestos de control estadounidenses sin ningún problema". Pero después de una curva, un faro ilumina al auto: debería ser el último puesto de control, a unos 700 metros del aeropuerto. Los norteamericanos disparan unos 300 tiros. Nicola Calipari muere de un impacto en la cabeza y quedan heridos los otros dos agentes y la periodista.
Según Pier Scolari, compañero de Sgrena, "tanto los americanos como los italianos habían sido avisados del paso del auto". Pero una fuente anónima del gobierno iraquí reveló a La Repubblica que "los italianos no habían advertido ni a los iraquíes ni a los americanos de la liberación de la periodista. Temían que las autoridades iraquíes arruinaran las tratativas con los terroristas. No avisaron ni siquiera cuando salieron hacia el aeropuerto, para evitar que la rehén liberada fuese obligada a declarar ante jueces iraquíes".
Pero más allá de cómo ocurrió el trágico incidente, el hecho es que la muerte del agente y las heridas recibidas por Sgrena han provocado un daño político al gobierno de Silvio Berlusconi, justo cuando esperaba celebrar un éxito con la liberación de la periodista romana. Ayer el premier apareció en el aeropuerto para recibir a Sgrena junto con otras autoridades. EEUU reiteró sus condolencias a Italia por medio de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Sgrena a su llegada al aeropuerto romano de Ciampino. | | |