Arte textil: Primeras telas

En contraposición a la idea traída por los conquistadores de que el continente americano estaba poblado por "salvajes", la existencia de civilizaciones avanzadas en diferentes expresiones, artísticas, astronómicas, arquitectónicas y culturales demostró lo contrario.

Sudamérica se destacó por las maravillas de sus tejidos y el gran foco civilizador fue el Imperio del Sol que influyó en el corredor andino. Pero la historia del arte textil se remonta mucho tiempo atrás a los incas. Los primeros restos de fibra hilada en Argentina datan del 6000 al 7000 a.C. Los más primitivos del año 2130 a.C. proceden de Humahuaca (Inca Cueva) pero también se encontraron restos de antiguos tejidos en la provincia de San Juan (Gruta de los Morillos) y Mendoza (Gruta del Indio).

¿En qué magia de inspiración se habría inventado el arte de tejer? En una etapa anterior al tejido, las pieles de animales eran el primer vestido del habitante del suelo americano. Pero un día memorable e ignorado, el hombre comenzó a retorcer la fibra de los vegetales y entrelazándola sobre sí misma logró las primeras mallas tejidas y trenzados para crear objetos de uso cotidiano: redes para pescar, cestos para transportar alimentos.

Y experimentando con la primera hebra retorcida y larga, entrelazándola con otra similar logró una trama: la primera tela tejida. Tejiendo hizo las primeras telas que sirvieron de abrigo y vestimenta, desplazando a las pieles. La tela mágica surgida por las manos del hombre comenzó a poseer múltiples simbolismos y funciones a medida que avanzaba el tiempo: estuvo presente en ceremonias religiosas, políticas y sociales, pero también como tributo en el imperio Inca, ofrenda religiosa, regalo para los gobernantes, distintiva de rango para el Inca y los curacas, protección de guerreros, elemento de sacrificio, integrante de los ajuares funerarios, entre otros significados.

Los primeros telares eran muy elementales. Dos ramas rectas ubicadas en forma paralela entre las que se tensaban los hilos que armaban la urdimbre para luego tejer la trama. Para poder tensar los hilos de la urdimbre, la rama superior se ataba a un árbol y la inferior a la cintura del tejedor. Estirando su cuerpo hacia atrás se tensaban los hilos lo que posibilitaba poder tejer y pasar la trama.

El primer telar americano se llamó telar de cintura pero con el paso del tiempo se inventó el telar vertical o bastidor: cuatro maderas que formaban un rectángulo. Para dar más agilidad y rapidez al tejido se introdujeron en la urdimbre "los lisos". También se armaban telares con varillas paralelas, sostenidas con tacos al ras del suelo formando otro modelo (telar al suelo).

Con la llegada de los conquistadores, las misiones y luego los obrajes se introduce en América el telar de pedales con más variedad de movimientos de la urdimbre y mayor agilidad en el tejido. La técnica del telar fue transformándose en un aparato complejo pero de gran practicidad para la producción de las telas tejidas.

Argentina ha sido cuna de tejedores. La herencia andina y la artesanía textil tradicional y etnográfica ha sido transmitida de generación en generación. Pero no sólo en las provincias herederas de la tradición del tejido se teje en telar. En centros como Rosario y Buenos Aires artesanos y artistas textiles son herederos del "Arte mayor de los Andes" y se los puede encontrar en ferias, barrios, centros culturales, talleres y en vidrieras de comercios de indumentaria. Todos ellos tejiendo con perseverancia y con un sello propio son testimonio del pasado y del presente.

Claudia Goldin

Psicóloga y artista textil

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