Consagran campeón nacional de balero a un repartidor de golosinas

Embocó 31 veces en 90 segundos. El torneo se desarrolló en la ciudad cordobesa de Río Ceballos

Un ex plomo de la mítica banda de rock Alma y Vida, Ramón Fernández, de 53 años, ahora repartidor de golosinas, es el nuevo campeón nacional de balero, tras su consagración en la ciudad cordobesa de Río Ceballos.

Fernández, nacido en Tucumán y residente en Capital Federal hasta que fue víctima de un robo en el barrio de San Telmo, ganó el concurso tras embocar 31 veces en 90 segundos, cuando su principal contrincante logró 22 aciertos.

El torneo se definió después que Fernández y un vecino de la localidad bonaerense de Adrogué empataron en 24 embocadas, detallaron voceros de la municipalidad cordobesa.

En la final, Fernández logró nueve embocadas más que su adversario, pero creyó que había perdido ya que escuchó mal y pensó que el otro hizo 32 y no 22, como ocurrió en realidad. Por eso aplaudió al otro y recién cuando lo consagraron se dio cuenta que había ganado.

Fernández reparte golosinas en los pueblos serranos del norte de la provincia de Córdoba y jugó al balero en la infancia. "Lo hacía con una lata de tomates y un palito. Si no embocabas eras un desastre", dijo.

Cuando dejó de ser plomo -quien lleva los equipos- de Alma y Vida pasó a trabajar en la obra teatral "Loco", de Esteban Mellino. Entonces volvió a jugar al balero en los camarines, por lo que recuperó la práctica y hasta se especializó.

La obra "Loco" se dio durante años en el circuito independiente de Buenos Aires, cuando el hermano de Carlos Mellino dejó de ser manager del grupo de rock y subió a las tablas para consagrarse como actor. Después de armar los decorados y repartir volantes de la obra teatral, Fernández fue a trabajar como impresor en los talleres del diario Crónica, de donde se fue con retiro voluntario tras un robo.

Primero puso dos quioscos de diarios con otros ex compañeros de Crónica, en Villa del Parque y San Telmo, y luego entre todos compraron el puesto estratégico de Corrientes y Esmeralda, pero tras sufrir el robo de una camioneta y un televisor se fue a Córdoba.

En Río Ceballos, 32 kilómetros al norte de Córdoba capital, "mucho no jugaba", dijo, pero ahora agradeció "esta iniciativa de la municipalidad y sobre todo de la secretaría de Turismo, en una temporada fantástica".


Juegos tradicionales
La municipalidad de Río Ceballos organizó un campeonato de bolita y otro de balero, que congregó a medio millar de hombres, mujeres, niños y ancianos, para recuperar esos juegos tradicionales.

"Cuando me enteré me propuse apoyarla, sobre todo cuando supe que armaron una kermese con otros juegos como el sapo, la herradura o las argollas con botellas", comentó Fernández.

Pese a que decidió competir, llegó tarde a la inscripción, por cuestiones de trabajo, y a poco de inscribirse tuvo que comenzar a jugar.

El balerista manifestó que no sabía "ni quiénes eran los que jugaban, pero había uno que tenía hinchada, ya que hizo la promoción por televisión y el locutor lo llamaba «mi pollo»".

Padre de tres mujeres, de 28, 23 y 22 años y un varón de 13, que "ahora quiere aprender a jugar al balero", Fernández lleva 30 años de casado y ya tiene dos nietos, por lo que quiere recuperar los juegos tradicionales contra "la cultura del plástico".

Aquellos juegos presentaban mayores dificultades, una disciplina y algo de "sacrificio" ya que "uno tenía que hacer" los baleros, la pelota y los autitos con masilla, recordó.

Fernández propone este tipo de juegos para "alternar con el ciber y las computadoras", por lo que pide "nuevos concursos", y anunció que los días 15, 16 y 17 de julio se realizará en Río Ceballos el campeonato argentino de metegol. (Télam)