| miércoles, 02 de marzo de 2005 | La exitosa rebelión libanesa inicia una nueva era en el autoritario mundo árabe Donna Abu-Nasr Jobar, Arabia Saudita.- Fue una escena temida por los regímenes autocráticos del mundo árabe: enormes multitudes pacíficas portando banderas y flores al derribar un gobierno. Gracias al poder de la televisión vía satélite, es algo que podría difundirse tan rápidamente como el último videoclip exitoso.
Lo que ocurrió en Líbano esta semana, según analistas, es el principio de una nueva era en Medio Oriente, en la cual los reclamos populares son un motor de la democracia, y la voluntad del pueblo ya no puede ser ignorada.
La televisión difundió en vivo las protestas del lunes en Beirut a los hogares, cafés y clubes de todo Medio Oriente, con imágenes dramáticas de jóvenes libaneses portando pañuelos rojos y blancos y ondeando la bandera nacional roja, blanca y verde. La cobertura, que duró todo el día con muy pocas interrupciones en algunos canales, culminó con la repentina renuncia del gobierno respaldado por Siria.
Inevitablemente, provocó que muchos espectadores se preguntaran: Y aquí, ¿qué? "Desearía que esto pudiera pasar en Yemen", dijo Ahmed Murtada, un yemení desempleado, en Sana. "Pero aquí los tanques tendrían la última palabra".
Anas Khashoggi, un consultor administrativo de 46 años en la ciudad saudita de Yidda, dijo que siguió los sucesos del lunes de principio a fin. "`Quería ver cómo reacciona el gobierno ante la voluntad del pueblo", afirmó. ¿Quedó decepcionado? "Para nada", respondió.
Las escenas de Líbano se producen en un momento en que los sauditas están teniendo su primer pequeño ensayo de lo que es la democracia. En la segunda ronda de las primeras elecciones a nivel nacional en la historia del país, los hombres sauditas van a las urnas mañana en el este y el sur del reino para elegir concejales municipales. La monarquía ha prometido reformas, aunque avanza lentamente.
Los periódicos en Arabia Saudita y Egipto -naciones autoritarias donde el estado ejerce una fuerte influencia sobre la prensa- no titubearon en mostrar las protestas. ""Las calles libanesas se unen a la oposición", rezaba el titular principal del diario saudita Okaz, junto con fotografías de las carpas empleadas por los manifestantes libaneses y una manta en árabe que decía: "Queremos la verdad".
Sin embargo, en Siria los medios de comunicación, controlados por el Estado, se mantuvieron silenciosos en su mayoría. Sí informaron sobre la renuncia del primer ministro pro sirio Omar Karami, pero no mencionaron -y mucho menos mostraron imágenes- de las protestas. La televisión del Estado no difundió ninguna de las espectaculares tomas que los pocos sirios que poseen antenas parabólicas pudieron ver al cambiar el canal. (AP) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los libaneses seguían ocupando festivamente las calles de Beirut. | | |