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 domingo, 27 de febrero de 2005  
Racing, por una genialidad de López

Racing reafirmó sus posibilidades para pelear por el título al derrotar anoche a Instituto de Córdoba por 1 a 0, en condición de visitante, en un muy mal espectáculo futbolístico, por la tercera fecha del Torneo Clausura de primera división.

Una genialidad de Lisandro López a los 29 minutos del complemento, en la que después de un centro mató la pelota con el pecho y sin dejarla picar clavó un zurdazo al ángulo de Caranta, salvó al equipo de Rivarola de volverse de Córdoba con un punto y con serias dudas futbolísticas.

El partido fue muy malo y el mal gusto se apoderó de la noche de Alta Córdoba. La mayoría de los protagonistas hizo un culto del mal trato de la pelota.

Es que en Racing, por ejemplo, hay una constante: cuando falta Angel Morales (sigue recuperándose de una lesión muscular) carece de un armador del juego y por lo tanto desaprovecha a los delanteros, en la ocasión Lisandro López y Martín Cardetti. Y el local, esperó alimentar a los atacantes Lujambio y Daniel Giménez con la capacidad potencial de Santiago Raymonda, pero el aporte del creativo en la ocasión se tornó insuficiente.

Las premisas de los dos técnicos era mantener el cero en el arco, y todo parecía que se iba a cumplir a la perfección, pero los dos se olvidaron que los que marcan las diferencias por encima de cualquier táctica o intento de defensa, son los jugadores.

La diferencia la marcó Lisandro López con una sola jugada, que fue lo más lindo de todo el partido. En realidad, lo único interesante para remarcar.

O casi, porque el árbitro Gustavo Bassi se equivocó al anular una maniobra en la que el uruguayo Josemir Lujambio mandó la pelota a la red, por una supuesta posición adelantada.

Hubiera representado el empate por el que la Gloria trabajó e hizo suficientes méritos.

Por si fuera poco, las parcialidades de ambos conjuntos reabrieron el capítulo de la violencia y en el entretiempo se dedicaron a arrojarse proyectiles, ante la pasividad de los agentes policiales que solamente intervinieron cuando la situación amenazaba tornarse más fea.

Si Racing quiere salir campeón, tendrá que replantearse seriamente su juego y si Instituto se quiere salvar del descenso tendría que arriesgar más, porque para sumar hay que ganar y para llevarse los tres puntos, en líneas generales, es necesario asumir una postura un poco más audaz.
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Lisandro López construyó una jugada bárbara para desequilibrar.

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