Alimentos: Desayunos a pura energía

El desayuno como su nombre lo indica, rompe el ayuno de toda una noche (entre 8 y 12 horas). Por lo tanto constituye la comida más importante del día, ya que repone los nutrientes utilizados por el cuerpo durante el descanso nocturno y proporciona la energía necesaria para el inicio de un nuevo día. A nadie se le ocurriría iniciar un viaje en auto sin ponerle combustible previamente.

Diversas investigaciones en niños y adolescentes han demostrado que desayunar tiene diversos beneficios sobre la capacidad mental, el rendimiento escolar y la capacidad de aprendizaje. Por el contrario, el no hacerlo interfiere con funciones cognoscitivas como la discriminación visual, la memoria a corto plazo, el vocabulario y la comprensión de lectura.

Cuantas veces escuchamos: "No salgas con el estómago vacío, tomate algo caliente antes". Como si lo importante fuese la temperatura de lo ingerido en lugar de la energía que aporta su ingesta. Entonces pensamos que una infusión con azúcar es lo mejor, de esta forma obtendríamos "la glucosa para el cerebro". Sin embargo, los alimentos que contienen hidratos de carbono de liberación lenta (como panes, galletitas o copos de cereal) aumentan la capacidad cognitiva mejorando la respuesta ante pruebas de exigencia intelectual en niños. Si en cambio esos alimentos fueran con alto contenido en azúcares simples (azúcar común) dicha mejoría se pierde a las dos horas de ingeridos. Los alimentos aconsejables para el desayuno son:

u Lácteos: leche, yogur, leche cultivada, quesos. Son importantes por su aporte de calcio y proteínas de buena calidad nutricional. Si se utilizan infusiones (te, mate, café) o cacao, no hacerlas demasiado fuertes, ya que contienen sustancias que disminuyen la absorción del calcio y del hierro.

u Cereales y derivados: copos de cereal, trigo, arroz, avena, en cualquiera de sus presentaciones. En este grupo encontramos panes, galletitas y también copos. Todos tienen un valor nutritivo similar. Si elegimos productos integrales, incrementaremos el contenido de fibra de nuestra alimentación, con los beneficios que conlleva para nuestro intestino, y para disminuir la absorción de grasas.

u Frutas: no es necesario incorporarlas en el desayuno. Pueden estar presentes en cualquier momento del día. De todos modos, si se utilizan aumenta el contenido de vitaminas, minerales y fibra. También se pueden incorporar como jugos.

u Manteca o margarina: no son aconsejables por su contenido en grasas saturadas, colesterol y grasas trans. Todas ellas perjudican la salud cardiovascular. Preferir quesos untables o quesos frescos (blandos) ya que tienen menor porcentaje de grasas. Incluso se puede incorporar su versión magra (descremada).

u Mermelada, miel: no son indispensables. Si se utilizan debe hacerse en forma moderada por su alto contenido en azúcares simples.

Los hábitos adquiridos durante la niñez serán básicamente los mismos para toda la vida es por eso muy importante hacer del desayuno un hábito saludable tanto para los niños como para todos los integrantes de la familia.

Víctor Schavrtz - Médico pediatra

Silvia del Cerro - Nutrición infantil