| domingo, 27 de febrero de 2005 | El Parque volvió a vibrar al ritmo de murgas y bellas comparsas Bulevar Oroño se convirtió otra vez en el escenario de los tradicionales corsos. Hubo una fuerte presencia policial Y la fiesta volvió al parque Independencia. Anoche, minutos después de las 22, grandes y chicos volvieron a disfrutar de todo el color y la música de los corsos en pleno bulevar Oroño. Hubo de todo: murgas, espectaculares comparsas, acordes autóctonos en la carpa folclórica y sobre todo muchas ganas de divertirse y pasarla bien. Al cierre de esta edición, no se habían producido incidentes que empañaran los festejos y todo parece indicar que los graves hechos que se registraron en la noche inaugural de los corsos, ya pasaron a ser un mal recuerdo.
Con un clima por demás de ideal para disfrutar al aire libre, el corsódromo se inundó de los contagiosos ritmos de las pasistas y desde las gradas también se pudo apreciar todo el color que desplegaron las tres comparsas invitadas.
Así, desde la localidad entrerriana de Hasenkamp llegó anoche a Rosario la comparsa Marumbá, que viene paseando su ritmo por los distintos carnavales que se están desarrollando en todo el litoral del país.
El corsódromo también se vistió de gala para recibir a la imponente Yasí Verá, que desde Esquina (Corrientes) llegó a bulevar Oroño para contagiar a todos al ritmo de los redoblantes y las canciones pegadizas.
Pero los rosarinos no se privaron de nada, ya que también pudieron disfrutar el colorido espectáculo que despliega en cada presentación la comparsa Aerosamba, una formación que pertenece a la localidad santafesina de Vera y que deslumbra por su coreografía y la belleza de sus pasistas.
Anoche tampoco faltó ritmo local. Las comparsas Caléndula, Generación Futura, Geishas Tornasol, Todo por un Sueño, La Gran Pandilla, Luna Brillante, Generación Milenio, Ará Mixú, Tapé Cunumí e Imperio del Sol, también desataron los aplausos desde las gradas.
Jugando con la espuma Los chicos, en tanto, se divirtieron con los pomos de espuma y las corridas de grupos de chicas acosadas por jóvenes con aerosoles se volvieron una constante durante toda la noche.
Todo el predio estuvo celosamente custodiado por efectivos de la policía, que destacó en el lugar a miembros de la sección perros y de la caballería. El corsódromo también fue protegido por integrantes de la Guardia Urbana Municipal y al cierre de esta edición no se habían producido incidentes que empañaran la fiesta.
Es que aún quedan en la memoria los sucesos que se desencadenaron durante la noche inaugural de los corsos, cuando desde la propia policía se aseguró que el predio se convirtió en "una batalla campal", y las grescas terminaron con un saldo de 70 heridos que fueron trasladados al Heca. Desde ese día, en el corsódromo no se puede vender alcohol ni ingresar con bebidas alcohólicas. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Sensualidad y candor pueden combinarse. El paso de las murgas revivió las imágenes entrañables de una fiesta que no perdió vigencia. | | |