| domingo, 27 de febrero de 2005 | ¿Realmente un sanatorio? (II) Este es un comentario acerca de la carta que fuera publicada el 20/12/2004 con el título ¿Realmente un sanatorio? y firmada por Miranda Romás. Desgraciadamente no existe sólo un sanatorio -como el que se menciona en la carta- donde desatendieron a su abuela Nélida. Hay otros, como en el que estuvo internado y en el que fue operado mi esposo. Este es un sanatorio ubicado en la zona céntrica, con muy buena ambientación, comodidad y detalles edilicios muy arreglados, lo que llamarían "muy confortable". Pero con falencias gravísimas en cuanto a la atención del paciente. Donde algunos médicos -con mi esposo- no actuaron de la manera que debían hacerlo, y otros que vieron lo que sucedía miraron para otro lado y así permitieron que mi esposo muriera. Ninguno de ellos nos comunicó lo que estaba pasando. Yo me pregunto: ¿qué sentirían si les pasase lo mismo a un familiar de ellos? Pero lo que es peor, siguen trabajando, ejerciendo la medicina como si no hubiese pasado nada. ¿Qué podemos hacer nosotros? Miranda, mi familia y yo hemos iniciado acciones legales, pero también aquí nos encontramos con la insensibilidad y la "desidia" de algunos. Un expediente que según el propio juez actuante me manifestó verbalmente "es un trámite que lo saco en 10 o 15 días", duerme sobre su escritorio hace más de un año. Este juez en lo civil, ¿no pensó tampoco qué es lo que sentiría si le pasara lo mismo a un familiar suyo? Miranda y tantos otros como nosotros no nos quedamos quietos, damos pelea para que algún día nuestros seres queridos, que nos han sido arrebatados, puedan descansar en paz. Aunque nuestro dolor no se puede mitigar, queremos que se haga justicia. Justicia aunque eso signifique para nuestras leyes penales que sólo le retiren la matrícula, lo que yo llamo "el arma homicida" que les permite seguir actuando impunemente. Quiero aclarar que no todos los médicos son iguales, los hay excelentes profesionales, y es en nombre de ellos que también hago esto, porque quiero que algún día se pueda saber quiénes son buenos y quiénes malos profesionales.
DNI 5.661.267
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