Crisis en Brasil por un comentario de Lula

El mandatario evitó investigar y difundir supuestos actos de corrupción del anterior gobierno de Cardoso

Brasilia. - Una frase pronunciada durante un discurso improvisado del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, hizo estallar ayer una crisis política en ese país, y generó hasta la amenaza de un juicio político contra el actual mandatario. El problema se originó en un discurso pronunciado el jueves en el Estado de Espirito Santo, cuando Lula da Silva afirmó que, tras asumir el gobierno, se enteró por un asesor de casos de corrupción en el gobierno de su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, pero que optó por callarse.

Según el presidente, un alto funcionario de su gobierno, que ejerce una función muy importante, le informó que la institución que comandaba estaba "quebrada" y como causa indicó: "El proceso de corrupción que ocurrió antes de nosotros fue muy grande". "Yo le dije a mi compañero: «mira, si todo lo que me dices es verdad, tú sólo tienes el derecho de decírmelo a mí. Hacia afuera tu debes cerrar la boca y decir que nuestra institución está preparada para el desarrollo de nuestro país»", dijo Lula.

Pese a que el mandatario no identificó al "alto funcionario", sus asesores revelaron ayer que se trata del ex presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Carlos Lessa, y que el supuesto "proceso de corrupción" se referiría a un préstamo concedido por el organismo al grupo estadounidense AES, en el proceso de privatización de las empresas de generación de energía eléctrica.

La frase de Lula generó una reacción airada del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Cardoso, cuyo líder en el Congreso, Arthur Virgilio, sostuvo que el mandatario "confesó" que impidió la divulgación de un caso de corrupción, por lo que está sujeto a un juicio político por delito de responsabilidad. "El más alto magistrado de la nación confiesa, con descaro incompatible con la sobriedad, que violó una disposición del Código Penal. Se enteró de supuesta y grave irregularidad en la administración pública federal y, en lugar de ordenar investigaciones, como sería su deber, ordenó ocultar el hecho", dijo.

En el Senado, los senadores Antero Paes de Barros (PSDB) y Jefferson Peres, del Partido Democrático Laborista (PDT), solicitaron la convocatoria del ministro jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, José Dirceu, uno de los "hombres fuertes" del gabinete de Lula. "Jamás he visto a un presidente de la República hacer una declaración tan irresponsable. El hecho es tan grave que no debe quedar limitado a una confesión. Ya que, por la Constitución, el Senado no puede convocar al presidente de la República, creo que es oportuno llamar al ministro que es más cercano a él", dijo Peres.

Pese a la manifestación de Dirceu, Lula trató ayer de atenuar el impacto político de sus declaraciones y evitar que el tema logre paralizar los trabajos del Congreso, que se prepara para votar la segunda parte de la reforma tributaria y las reformas sindical y universitaria, entre otros proyectos.

En un discurso pronunciado en Brasilia, el mandatario pareció hacer una referencia elíptica a sus polémicas palabras, al afirmar: "No podemos permitir que un discurso atravesado eche por tierra todo lo que soñamos". En otro intento de minimizar el caso, el economista Lessa aseguró, en una entrevista, que el presidente Lula nunca le pidió encubrir un caso de corrupción, y admitió que, durante su gestión en el BNDES, no descubrió indicios consistentes de irregularidades.

Según los analistas políticos, los próximos días serán decisivos para definir si Lula logrará superar la crisis desatada por su "discurso cruzado" o si el caso asumirá proporciones lo suficientemente gran des para paralizar los trabajos del Congreso. (DPA)