| domingo, 20 de febrero de 2005 | Cocina: Platos con imaginación Quique Andreini / La Capital Una mañana de domingo lluvioso puede llegar a transformarse en una tragedia si bien no griega, por lo menos rosarina. Los bolsos preparados el día anterior previendo ociosa estadía en el club adquieren un airecito burlón, mientras las gotas golpean estruendosas sobre los vidrios recién limpiados por la persona especialmente encargada de esos menesteres, o sea usted. El temido momento se aproxima.
Habrá que almorzar en casa, situación no prevista cuando se planificó el fin de semana contando con la anónima colaboración del discreto servicio del restaurante del club. Las premisas básicas a tener en cuenta son:
* No entrar en pánico, siempre que llovió paró.
* Tener siempre la despensa adecuadamente provista de elementos que sirvan de salvavidas cuando el agua no sólo amenaza sino que se concreta.
Una ensalada con una lata de atún con unas papas al natural y mayonesa pueden ser su salvación. Fideos, arroz, pastas deshidratadas, polentas de rapidísima cocción, alimentos ultracongelados le brindarán la posibilidad de ejercer sus dotes creativas si se atreve a recurrir a su imaginación.
Ensaladas de papas Necesitará:
* 6 papas grandes
* 1 taza de crema de leche batida
* 4 cucharadas de vinagre de manzana
* 1 cucharada de aceite
* 1 cucharadita de sal
* 1/4 cucharadita de pimienta blanca
* 1 cebolla en rodajas
* lechuga
Cocine las papas sin pelar en agua abundantemente salada. Quite la piel cuando estén cocidas, y corte en rodajas. Combine la crema de leche, vinagre, aceite, sal y pimienta. Vierta sobre las papas aún calientes y mezcle con cuidado tratando de no romperlas (absorberán casi toda la salsa). Agregue la cebolla separada en anillos y deje reposar en heladera por lo menos media hora más. Adorne con un poco de lechuga cortada en trocitos a mano y sirva. Recomendación: siempre que utilice papas en una ensalada se deberán aderezar mientras está aún calientes (de esta manera absorberá el líquido y tendrán mejor sabor, además de ser mucho menos pesada y más digerible).
Puerros delicados Cultivados desde hace mucho tiempo, los puerros fueron siempre bien apreciados. Para comprarlos elija los de tamaño mediano, más bien chicos con hojas verdes brillantes y crujientes (la parte blanca tiene que estar bien firme). Todo es comestible, menos la raíz. Los puede utilizar blanqueados y salteados o con crema como guarnición. Pueden reemplazar a la cebolla aportando un sabor más fino y delicado. Hoy sugiero una receta de puerros a la vinagreta.
Salsa vinagreta Necesitará:
* 4 cucharadas de aceite de oliva
* 4 cucharadas de vinagre de vino
* 3 cucharadas de jerez
* 1 echalote picado fino
* 1 cucharadita de ciboulette
* 1 cucharadita de perejil
* 1 cucharadita de mostaza
* sal y pimienta
Lave 800 gramos de puerros y ate en grupos de 4. Cocine en agua salada en ebullición unos 10 minutos (deben quedar tiernos pero no deshechos). Retire de la olla y páselos por agua fría para detener la cocción (mantienen el color) pero sin dejar que se enfríen del todo. Luego escurra. Prepare la vinagreta en un bol con todos los ingredientes bien mezclados en frío.
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