| domingo, 20 de febrero de 2005 | La no ficción está ganando al público que sigue los premios de la Academia Un género que creció a partir de la denuncia Los cinco documentales que compiten por el Oscar siguen el exitoso camino abierto por Michael Moore Olviden las películas de ficción como "El aviador", "Million Dollar Baby" y "Entre copas", para muchos de los espectadores del Oscar los mejores filmes son documentales. El éxito de taquilla "Super Size me" (Superengórdame), un ataque a la comida rápida de estadounidense, y "Tupac: Resurrection", que cuenda la muerte del rapero Tupac Shakur, están nominados junto a otros documentales más tradicionales como "The Story of the Weeping Camel", que trata sobre el mundo de los nómades mongoles. Además se enfrentan a "Born into Brothels", que ha cambiado la vida de sus sujetos (hijas de prostitutas en India), y "Twist of Faith", que trata de influenciar en la opinión sobre los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes católicos.
"Cada uno de estos es filmes es diferente del otro y eso lo hace muy renovador al grupo", dijo Susan Froemke, cuyo "LaLee's Kin: The Legacy of Cotton" fue nominado como mejor documental del año 2001.
Desde que el filme anti-Bush "Fahrenheit 9/11" de Michael Moore recaudó 120 millones de dólares en la taquilla de Estados Unidos y Canadá, el 2004 fue el año en que los documentales rompieron la vieja regla de la que la gente no quería ver películas de no ficción en los cines.
Moore generó interés para los documentales en el Oscar pero con "Fahrenheit" fracasó en ser nominado. Los candidatos al Oscar de este año no lograron igualar los ingresos de Moore, pero con 11,5 millones de dólares en entradas "Super Size Me" es el tercer documental más taquillero de Estados Unidos. "Tupac" está en el puesto número seis, con 7,7 millones de dólares.
"Es una nueva era de los documentales. Ya no se tratan los viejos temas", dijo Maryann DeLeo, cuyo "Chernobyl Heart" ganó el Oscar a mejor documental corto del año 2003.
Muchos factores están guiando el cambio. En forma notable, el bajo costo de las cámaras digitales y de los tapes le han dado a mucha gente acceso al equipo. Las corporaciones y las fundaciones son menos necesarias y el resultado es una democratización digital del medio.
En general, los documentales han sido investigaciones periodísticas con realizadores contando historias desde múltiples puntos de vista. Los realizadores no se ponían en la historia pero eso está cambiando.
Morgan Spurlock, el director de "Super Size Me", quiso echar luz sobre el tema de la obesidad en los Estados Unidos. Para hacerlo tomó una cámara barata y decidió comer durante 30 días sólo comida rápida de McDonald's (ver aparte).
"Born into Brothels", de los directores debutantes Zana Briski y Ross Kaufman, indaga en los chicos que viven y crecen en la zona roja de Calcuta. Para su trabajo les dieron cámaras a los chicos y las imágenes muestran el mundo cotidiano de la infancia en esas condiciones.
En "Twist of Faith", una familia de Ohio, Estados Unidos, cuenta la historia de un abuso sexual cometido por un sacerdote católico y el director Kirby Dick utiliza para ello un video hogareño.
El director Lauren Lazin optó por un documental más tradicional con "Tupac", pero igual fascina a la audiencia usando viejas entrevista de TV con Tupac hablando de sí mismo, con el efecto de presentar a un hombre muerto comentado su pasado.
"La buena noticia es que estos documentales le abren la cabeza a la audiencia", dijo Lazin sobre el éxito de los documentales. "La audiencia está diciendo: desafíennos, hagan algo nuevo", agregó. enviar nota por e-mail | | Fotos | | "Super Size Me" indaga en los efectos de la comida chatarra. | | |