| sábado, 19 de febrero de 2005 | Paraguayos piden justicia y seguridad al dar el último adiós a Cecilia Sepultan a la hija del ex presidente Raúl Cubas Los familiares de la joven secuestrada y asesinada no tienen dudas de que las Farc están implicadas Asunción. - Una multitud indignada y dolida se reunió ayer en la capital paraguaya para acompañar el entierro de la hija del ex presidente Raúl Cubas, asesinada tras un prolongado secuestro, exigiendo justicia y seguridad en el país. Cientos de estudiantes, amas de casa, ejecutivos y religiosos coparon el Cementerio Italiano, en el corazón de Asunción, donde fueron depositados los restos de Cecilia Cubas, en una ceremonia llena de emoción.
El cadáver de la hija mayor del ex mandatario fue encontrado la noche del miércoles en una cámara bajo tierra, en en el interior de una vivienda ubicada en las afueras de Asunción.
Cecilia Cubas, secuestrada el 21 de septiembre, fue asfixiada posiblemente con una cinta de embalaje entre finales de diciembre y principios de enero, y enterrada en un sótano que se comunicaba con la superficie a través de un estrecho túnel.
El crimen conmocionó a la sociedad paraguaya, alarmada ante la creciente inseguridad, que siguió día a día a través de los medios de comunicación las negociaciones de la familia con los secuestradores. Las autoridades vincularon a los principales sospechosos del hecho, activistas de un pequeño partido de izquierda, con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el principal grupo guerrillero de ese país.
Al respecto, familiares de la joven asesinada aseguraron que no tienen dudas de la participación de la guerrilla de las Farc en el secuestro y asesinato de Cecilia. "Nosotros a través de las autoridades de ambos países tenemos la certeza de que las Farc y estos asesinos que están aquí tienen mucha relación y son asesorados por ellos, inclusive hay gente que está siendo instruida para actos delictivos de esta naturaleza", dijo Luis Cubas, tío de Cecilia, a la emisora La W de Caracol Radio. Según Cubas, el crimen de su sobrina no puede quedar impune y por esa razón todos los países del continente deben luchar en conjunto con "esta clase de delitos que no tiene fronteras".
"Cecilia representa lo que todos queremos negar, no queremos más violencia, no queremos más lucha de clases, de ricos contra pobres (...) ojalá todos sigamos, con la ayuda de Cecilia, trabajando por este país", dijo entre lágrimas su padre, Raúl Cubas.
La principal avenida de la capital fue cerrada al tránsito para permitir el paso de tres carrozas fúnebres que avanzaban cargadas de coronas de flores entre un cordón de estudiantes con lazos negros en sus uniformes. "No conocía a Cecilia pero soy madre de siete hijos y creo que si esto le pasó a la hija de un ex presidente, nos puede pasar a todos. No soy una persona adinerada pero hoy en día nadie está seguro en este país", dijo Blanca Agüero, un ama de casa de 49 años que asistió a la ceremonia.
Fuera del cementerio, algunos exigían la renuncia del ministro del Interior y del Fiscal General del Estado, principales encargados de la investigación del secuestro, quienes recibieron el jueves el apoyo del presidente Nicanor Duarte Frutos para continuar en sus cargos.
Tras el hallazgo del cadáver de Cubas surgieron dudas sobre el accionar de los organismos de seguridad, que muchos calificaron de ineficientes, y se instaló un debate sobre la necesidad de penas más severas para los criminales. "Es hora de que los gobernantes dejen de preocuparse por sus propios intereses y se preocupen por un país pobre que además de la crisis económica soporta este tipo de flagelo", dijo María Inés Bibolini, una psicóloga de 38 años.
La ministra de Relaciones Exteriores, Leila Rachid, quien estuvo también presente en el sepelio, dijo que el gobierno de Colombia ofreció cooperar con la investigación para esclarecer el crimen.
La Fiscalía General del Estado acusó en enero a Osmar Martínez, líder de una facción disidente del izquierdista Partido Patria Libre, como presunto autor intelectual del plagio. El fiscal Oscar Latorre, posteriormente, proporcionó a la prensa datos que vinculaban a Martínez con líderes de las Farc, en especial con su «canciller» Rodrigo Granda.
El contacto se hizo -según la fiscalía- a través de correos electrónicos. El propio Martínez, desde la cárcel, emitió un comunicado admitiendo sus relaciones "fraternas" con las Farc. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La principal avenida de Asunción. | | |