La creatividad del juego para un mejor aprendizaje y convivencia

Una especialista en formación de ludotecarios afirma que la escuela debería utilizar más estrategias lúdicas

Fabiana Monti / La Capital

Cómo incorporar el juego a la escuela es uno de los permanentes desafíos con que se encuentra el docente día a día. La formación de ludotecarios, personas capaces de desarrollar estrategias lúdicas y creativas, es una alternativa. Silvana Sandri de Méndez, docente, es una de las impulsoras de esta propuesta e integrante de la Federación Latinoamericana de Ludotecas, un movimiento regional que trabaja en este objetivo. Méndez parte de una idea, asegura que, salvo en honrísimas excepciones, la escuela no juega. Por eso ve en la posibilidad de incorporar estrategias lúdicas que estimulen la creación y el intercambio de ideas un camino para facilitar o modificar sustancialmente las relaciones humanas.

Si bien hay distintos tipos de ludotecas, la formación de la misma no implica simplemente un lugar donde poder reunirse. Se trata más bien de un espacio donde importa la voluntad de personas por encontrarse y que tengan la capacidad de expresarse libre y creativamente.

En esta misma línea de pensamiento desarrolla sus actividades la cooperativa de trabajo docente "Vivir y Convivir", que desde el año 2000 dicta cursos y talleres que miran a la formación de recursos humanos lúdicos y creativos.

En las ludotecas "el juguete no es lo más importante, sino apropiarse del medio natural que se disponga, las posibilidades de cada uno, como la propia voz, el cuerpo, la música; con este material y a partir de distintas consignas es con el que se trabaja", explicó.

Si bien las ludotecas no sólo son espacios para trabajar en las escuelas, se vuelven una herramienta importante para el aprendizaje y la convivencia.

Claro que para que esto sea posible, Méndez advierte que "los docentes tendrían que romper esquemas que los hacen depender de situaciones pocas veces elegidas por ellos". Y agregó que no por casualidad, "nunca hemos podido llegar a la capacitación en este tema, porque se necesita una dosis de aceptación".

Para la especialista el juego es un buen camino para diluir conflictos y apoyar relaciones con menor grado de violencia. También señaló que en lo lúdico y el aprendizaje lo importante es la libertad de expresión, la participación de todos, la comunicación y sobre todo el trabajo con grupos heterogéneos.

"Lo más importante es que la persona no se sienta evaluada, que no tenga que rendir cuentas a lo demás sino a sí mismo", afirmó.

Pero para que los ludotecarios tengan mayor espacio o aceptación en las escuelas, Méndez reconoció que falta un gran camino por recorrer. También que es preciso entender que un ludotecario "puede ser un docente, un directivo o el mismo portero. Es una posibilidad de un cambio para el aprendizaje".

Para apoyar esta línea de trabajo, la cooperativa dicta cursos que comenzarán los primeros días de abril. Son una vez por semana y tienen una duración de ocho meses. Se tratarán temas como el juego en los distintos lenguajes, el juego como fenómeno cultural, entre otros. Los interesados en obtener mayor información sobre las ludotecas pueden comunicarse al email: mujerlú[email protected] o al teléfono 4510421.

Méndez sostiene que en la escuela no se juega.