| sábado, 19 de febrero de 2005 | Nos queda la justicia divina Hoy se cumplen 20 años de un terible accidente sucedido en Brasil. En él fallecieron varias personas de esta ciudad, incluídos mis padres. Desgraciadamente en este país está comprobado que no existe justicia. Por eso, yo tuve que vender la casa de mis padres para pagar las costas de los abogados de una empresa de colectivos entrerriana ya que los míos perdieron el juicio del seguro que me correspondía. Pasaron 20 años, jamás podré olvidarme de dos seres maravillosos que fueron mis padres y tampoco voy a olvidarme de personas que me terminaron de arruinar la vida, sin escrúpulos. Pero si bien no existe justicia, quiero recordarles a todos que sí creo en la justicia divina. Rezo una oración en este día para mis papás y las demás personas que fallecieron en ese triste accidente. Pido a Dios que alguna vez exista justicia, para todas las personas que habitamos este bendito país.
Marta S. Demestri
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