Otro dirigente campesino fue asesinado en Brasil

El estado de Pará es sacudido por la violencia. Hace pocos días, mataron a una misionera estadounidense

El líder de un asentamiento campesino fue muerto a tiros ayer en una región del estado amazónico de Pará, informó la Secretaría Nacional de Derechos Humanos. Daniel Soares da Costa fue asesinado con seis tiros en una localidad del sur del estado de Pará, dijo la oficina del ministro Nilmario Miranda. No fueron ofrecidos de inmediato otros detalles sobre la muerte de da Costa, quien era el presidente de la Asociación de Moradores del Asentamiento Carlos Fonseca.

El asesinato del líder del asentamiento es el tercero en los últimos cuatro días. El sábado temprano, pistoleros dieron muerte de seis tiros a la misionera estadounidense Dorothy Stang, de 73 años. Un día después fue baleado Adalberto Xavier Leal, quien trabajaba en una hacienda en la conflictiva región.

El gobierno brasileño de Luiz Inacio Lula da Silva aseguró hoy que dará un "castigo ejemplar" a los asesinos de la monja estadounidense Dorothy Stang, muerta de seis balazos el sábado en la ciudad amazónica de Anapu, en el Estado de Pará.

"El país puede estar seguro de que no habrá impunidad, ni de los asesinos ni de los mandantes, sino que habrá un castigo ejemplar, porque es hora de decir basta a esas acciones", afirmó ayer el ministro jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, José Dirceu.

En una conferencia de prensa concedida en Brasilia al lado de la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, y del gobernador de Pará, Simao Jatene, Dirceu sostuvo que el crimen fue una reacción de sectores insatisfechos por la política agraria y ambiental que realiza el gobierno en la región.


Reacción
"Lo que ocurrió fue una reacción a la presencia del Estado en la regularización agraria y ambiental y al asentamiento de comunidades sostenibles", aseguró el ministro, al rechazar las versiones según las cuales el gobierno no actuó con rapidez para evitar que se concretaran las amenazas de muerte contra la monja.

Según reveló ayer el diario Folha de Sao Paulo, hace un año la monja asesinada había pedido ayuda al gobierno brasileño para "paralizar la criminalidad de las agresiones contra los labriegos y las forestas", y denunció que "la Policía Federal no está visiblemente presente en Anapu".

La muerte de la religiosa de 74 años, quien desde hace tres décadas se dedicaba a defender a los labriegos pobres y la preservación de la foresta amazónica, generó manifestaciones de "preocupación" por parte de la embajada estadounidense en Brasilia y una condena de la entidad de derechos humanos Amnistía Internacional (AI). (DPA)