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 miércoles, 26 de enero de 2005  
Conversaciones sin palabras

María Laura Favarel / La Capital

"Los profesionales debemos preguntarnos qué podemos hacer para que las personas con afasia mejoren el acceso a la vida normal como ir de compras, asistir a un evento social, comer en un restaurante o pedir una cerveza en un pub", advirtió el profesor de la Universidad de Exeter de Inglaterra, Chris Code. Este fue el tema central de las conferencias sobre afasia organizadas en Rosario por la Asociación Rosarina de Afasia, con el apoyo del British Council, la Fundación Argentina de Afasiología y el Centro de Estudios Canadienses de Rosario. En la oportunidad el experto subrayó la necesidad de un tratamiento integral que apunte a recuperar el diálogo como forma de inserción social y se refirió a la utilización del lenguaje más allá de las palabras.

El neuropsicólogo apunta a que los afásicos no sólo aprendan a nombrar cosas o escribirlas, sino a que adquieran otra forma de conversar a través de la interacción, con gestos, dibujos, interjecciones y expresiones faciales. Para ello entrena a la familia para que aprenda a comunicarse con él. "Esto es posible y se puede dar hasta entre personas que hablan diferentes idiomas".

En Argentina cerca de 100.000 personas tienen afasia, una patología que causa la pérdida total o parcial del lenguaje. Las estadísticas corresponden a la Fundación Argentina de Afasia y la cifra tiende a crecer porque si bien mejoraron los sistemas de salud, la población cada vez es más longeva y el 25% de quienes sufrieron un accidente cerebrovascular (ACV) la padecerá. El trastorno surge principalmente como consecuencia de daños cerebrales (ACV, traumatismos de cráneo), infecciones como meningitis o encefalitis, y tumores.

La principal dificultad está dada por el impedimento de establecer conversaciones simples. Esto afecta la expresión de necesidades, decisiones y sentimientos, lo que dificulta la vida cotidiana y la relación social tanto con familiares, amigos y conocidos.

"No trabajamos con terapias psicoanalíticas sino que utilizamos técnicas cognoscitivas y conductistas mediante las cuales intentamos enseñar cuestiones concretas", dijo, y al respecto explicó que si alguien tuvo problemas en un pub porque no le quisieron vender cerveza, lo acompañan al lugar y explican al mecero que no se trata de un borracho sino de alguien con afasia.

"Muchas separaciones y divorcios se producen a causa de este problema -alertó Code- porque cuando el lenguaje se daña se interrumpe la interacción y las conversaciones. Dedicamos la mitad del día a charlar y a vincularnos con los demás. Una persona afásica ya no puede hablar y por eso se deterioran sus relaciones sociales. Esto los aísla". Por esta razón el doctor Code propone utilizar un lenguaje distinto al de las palabras.

Chris Code, quien es neuropsicólogo, asegura que existen pocos psicólogos entrenados para tratar afásicos. "Alguien que no tiene lenguaje es difícil de tratar", acota.

"En Inglaterra los psicólogos y médicos trabajamos en equipos terapéuticos junto con los fonoaudiólogos. Intentamos que los pacientes puedan volver a realizar alguna actividad como ir de compras o tomar un café", remarca finalmente el especialista.
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La principal dificultad de la afasia es la imposibilidad de establecer una charla cotidiana.

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