Indiferencia con Kirchner y críticas a la transversalidad

Menem y Saá sellaron un pacto para conducir al PJ

Los ex presidentes se reunieron en San Luis para reclamar elecciones internas en el justicialismo

Carlos Walter barbarich-Gustavo Orellano / La Capital

San Luis (enviados especiales).- Los ex presidentes Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá reclamaron el "inmediato llamada a elecciones internas para elegir el consejo nacional del PJ" en medio de un auditorio atestado de dirigentes peronistas de distintas partes del país que vitoreaban a los líderes cuando criticaron al actual presidente Néstor Kirchner.

Si bien el puntano se encargó de aclarar que la movida no era en contra del santacruceño ni de Eduardo Duhalde, quedó flotando en el ambiente un tufillo antikirchnerista; sobre todo cuando cuestionaron duramente la transversalidad. "Esos inventos políticos carentes de raíces sólidas que por su fragilidad recuerdan la lamentable experiencia de la Alianza", sintetizaron en el documento firmado por los ex mandatarios, al que se sumó el actual gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá.

Menem no confirmó en ningún momento que vaya a ser candidato a senador por su provincia (La Rioja), aunque allegados al ex mandatario confirmaron que "ganas no le faltan". "Sería el candidato ideal", sostuvo una reconocida militante menemista.

Sobre las especulaciones que se tejieron sobre un "posible pacto electoral" entre adolfistas y menemistas, los referentes de ambos sectores desmintieron la especie tras sostener que "por el momento están juntos por el pedido de normalización del partido".

A la convocatoria faltaron, pese a que se preveía su presencia, Luis Patti y Aldo Rico, aunque hubo otros dirigentes de peso histórico dentro del menemismo.

Alrededor de seiscientos militantes colmaron las instalaciones de la sala de convenciones del paquete hotel Cruz de Piedra, ubicado a unos diez kilómetros de San Luis. El clima reinante fue de festejo y, prueba de ello, es que los máximos dirigentes calificaron al encuentro "como un éxito y un hecho histórico" dentro de las filas del partido fundado por Juan Domingo Perón.

Menem arribó a San Luis alrededor de la media mañana y se dirigió a la Gobernación, donde Alberto Rodríguez Saá lo declaró huesped de honor. El mandatario, recién llegado de un periplo vacacional, se encontraba de buen humor y tuvo conceptos elogiosos hacia el riojano, al que consideró "un transformador" de la Argentina. "Usted colocó al país en el mundo y logró tener una moneda fuerte, algo que hoy no existe", señaló en su discurso de bienvenida.

Además, tuvo frases elogiosas para con su hermano Adolfo al señalar que "nos ensañaste a gobernar una provincia carente de recursos y a posicionarla a nivel nacional", señaló. Menem también coincidió en este punto con el mandatario.

La reunión se demoró más de lo esperado. Es que los Saá y Menem se tomaron su tiempo para consensuar el documento que tuvo luz pública ayer. Coincidieron en criticar elípticamente al gobierno nacional, aunque pocas veces lo nombraron. En otras palabras: casi lo ignoraron a Néstor Kirchner.

Sin embargo, fueron contundentes a la hora de señalar que la actual administración no fue capaz "de modificar ninguna de las causas estructurales de la decadencia en la Argentina". Y recordaron que "Perón nos enseñó que mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar".

Menem criticó duramente a los "desleales" y reivindicó a Adolfo Rodríguez Saá y a su hermano. "En mis diez años de gobierno jamás ayudé a la provincia de San Luis y sin embargo es un ejemplo de administración, lo cual no ocurre en otras provincias (en alusión a Santa Cruz) que se favorecieron con mi gestión y hoy se esconden y ni siquiera dan la cara".

La jornada se vivió en un clima eufórico y no pocos se acordaron de las viejas buenas épocas en donde Carlos Menem gobernaba el país. Hubo, además, mucha liturgia peronista y la simbología dominó el escenario del bucólico lugar elegido por los referentes para comenzar a entrelazar un posible bloque de poder que hasta hace meses parecía impensado.

La reunión tuvo un tinte antikirchnerista.