| domingo, 23 de enero de 2005 | Empate veraniego Boca y River igualaron en partido anodino El primer superclásico del año disputado en Mar del Plata por el pentagonal de verano tuvo como máxima atracción el marco impresionante que le ofrecieron los hinchas, que colmaron el estadio para festejar un triunfo de su equipo, pero tanto millonarios como xeneizes sólo observaron un partido con poco fútbol y sin goles.
El inicio fue un espejismo. Porque Boca arrancó decidido a atacar, pero en definitiva con el correr de los minutos las insinuaciones xeneizes fueron devoradas por el juego ordenado y dinámico de River.
Boca originó la primera jugada de riesgo: a los 3', un error defensivo Gandolfi le permitió a Guillermo Barros Schelotto robar la pelota desde atrás para Vargas, quien enseguida se la devolvió al Mellizo ya volcado por derecha, desde donde sacó el centro que Palermo conectó por el segundo palo para hacer estrellar la pelota en el travesaño. Fue la única para los del Chino Benítez en el primer tiempo.
A partir de allí los dirigidos por Astrada fueron estrechando filas en el medio y generando los espacios para las incursiones de sus volantes ofensivos y delanteros. Enseguida comprendió que el negocio estaba por los laterales, ya que Matellán y Baiano daban muchísimas ventajas. Y por allí fueron las excursiones ofensivas millonarias.
A los 37', la Gata Fernández se fue por derecha eludiendo a Matellán, sacó un centro a media altura al corazón del área, que Schiavi no pudo cortar y que Sand, solo frente a Abbondanzieri, sólo pudo acariciar la pelota con su muslo izquierdo, razón por la cual el balón se fue rozando el caño derecho del Pato.
River ya era dominador del cotejo. Y dos minutos más tarde, tras una gran jugada colectiva, Federico Domínguez metió un pelotazo que encontró solo a Patiño, pero el ex Newell's le pegó mal con derecha y la tiró afuera.
En el complemento el trámite fue equilibrado, con algunas situaciones de riesgo, pero todas con más vocación que ideas. River apeló a los disparos de media distancia, y así Sand, la Gata Fernández y Patiño exigieron a Abbondanzieri, quien siempre respondió con eficacia.
Por su parte, Boca, que debido al esquema que utiliza el Chino Benítez siente la ausencia de un enganche neto, procuró llegar con habilitaciones a Palermo. Y fue el rubio delantero quien recibió una asistencia del pibe Scarioni, pero de frente al arco remató desviado.
En los últimos minutos el juego se desdibujó por algunas infracciones y el superclásico se hizo aún más desteñido, para encontrar un final con pocas jugadas para el recuerdo y con un empate sin goles. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Patiño y Guglielminpietro. Mucha gente y poco fútbol. | | |