| domingo, 23 de enero de 2005 | Binner y el efecto bumerán Mauricio Maronna / La Capital Un solo hombre puede lograr el milagro de que los peronistas santafesinos dejen de lado sus internas y se abroquelen para insinuar algo que se parezca a una contraofensiva en común: Hermes Binner. Con diferencias de intensidad, desde Carlos Reutemann y Jorge Obeid hasta el militante más raso ven en la figura del ex intendente la personificación del demonio. Ahora que el socialista apareció en los titulares acusado de supuestos hechos de corrupción, en el PJ murmuran: "Al fin le entraron las balas".
Cuando, el domingo 28 de noviembre de 2004, se publicó en esta columna que algunos tenían "en su poder una denuncia contra Binner" que era "una especie de bomba atómica que no se hacía pública porque Reutemann no quería embarrar la cancha", la avidez por saber de qué se trataba consumió a la dirigencia. A casi dos meses de aquel adelanto, la "bomba atómica" explotó. Pero quienes la hicieron detonar no fueron los peronistas sino algunos ex aliados despechados de Binner.
¿Tienen entidad las denuncias?, ¿existieron actos de corrupción?, ¿el escándalo de Puerto España es solamente la punta del iceberg?, ¿son fuegos de artificio? Interrogantes que deberá develar la Justicia provincial. Politizar causas judiciales o judicializar la política es más que un juego de palabras: constituye una costumbre argentina que termina indefectiblemente en la pérdida de la capacidad de asombro.
En este marco, es elogiable lo que hizo el edil del ARI Alberto Cortés, quien solicitó que se investiguen en sede judicial las supuestas irregularidades cometidas durante la ejecución del emprendimiento: reducción del canon del 7% por ciento al 7 por mil, construcción de un número de cocheras superior a las autorizadas, adjudicación a una SRL cuando los oferentes eran personas físicas y edificación de un gimnasio que no figuraba en los pliegos, entre otros puntos oscuros.
El escándalo puso en estado deliberativo al socialismo y obligó al intendente Miguel Lifschitz a abrir una auditoría sobre todos los procesos de concesión. Una decisión correcta y poco frecuente cuando se trata de poner bajo la lupa a alguien que proviene de un mismo riñón partidario.
La solicitada que hoy publica la departamental Rosario del PJ resulta una reacción frente al hartazgo de los peronistas por los continuos estiletazos del dos veces jefe del Palacio de los Leones, quien -equivocadamente- adelantó el inicio de la campaña cuando señaló que no había diferencias entre Menem y Obeid. ¿No estarán cometiendo los justicialistas el mismo error que Binner, a quien la realidad se le convirtió en un bumerán?
"Yo no voy a entrar en el mismo juego de este tipo, que se la pasó descalificando e, incluso, diciendo que Santa Fe era una provincia fraudulenta. El tiempo se ocupa de poner las cosas en su lugar", dicen que dijo el Lole desde el exterior cuando algunos intentaron en las últimas horas arrancarle un posicionamiento público. Desde que el entonces candidato a gobernador insinuó que el Ejecutivo preparaba acciones fraudulentas, Reutemann lo puso en la primera fila de "indeseables".
Binner manifestó el jueves con buen tino su predisposición a concurrir a los Tribunales, pero inmediatamente cayó preso de sus palabras cuando se le recordaron los dichos del presidente del Concejo, Agustín Rossi (hoy al frente de la Municipalidad), quien esbozó que el escándalo representa un símil de las privatizaciones realizadas en los 90. "Comparar la privatización de Aguas de Santa Fe o el Banco Provincial con un barcito me parece exagerado", contestó el futuro candidato a diputado nacional. Una respuesta casi surrealista, como la de alguien que cree que una mujer "puede estar un poquito embarazada".
"Los peronistas tenemos que entender que para ganar Rosario debemos presentar dirigentes sin prontuario, renovarnos, convocar a independientes y convencer a los votantes de que tenemos capacidad de gestión. En eso, el socialismo nos lleva mucha ventaja. Ahora, también hay que dejar en claro que algunos comunicadores a sueldo, si aparece alguna irregularidad que roza a un justicialista, nos tildan de «chorros», pero cuando las denuncias pegan en los socialistas dicen que son «errores»", reflexionó un concejal.
Los vaivenes de las concesiones escondieron esta semana el precalentamiento de la campaña proselitista. En el PJ parece perder espesor la lista de luxe lucubrada en las mismas entrañas del gobierno nacional, que tiene a María Eugenia Bielsa, Horacio Rosatti y Omar Perotti como principales postulantes para la Cámara baja. La vicegobernadora llevó el "no" hacia un punto extremo desde el que se le hará muy difícil regresar; el ministro de Justicia recién definirá su situación en febrero, cuando regrese al país. "Acá (por la Capital Federal) hay muchas operaciones mediáticas de tipos que quieren ocupar el lugar de Horacio. Esto no se resolverá hasta que hable cara a cara con el presidente", dijo a este diario un estrecho colaborador del ex intendente de Santa Fe.
En la Casa Rosada circula un comentario ácido sobre algunos ministros y secretarios de Estado: "A los que Kirchner no soporta los convertirá en candidatos; es una manera de sacárselos de encima". No es el caso de Rosatti, de extremo bajo perfil y excelente llegada a la primera dama, Cristina Fernández.
Por el lado de la oposición, mientras aumentan las declaraciones públicas oponiéndose a la reedición de la Alianza Santafesina, un conspicuo funcionario socialista confesó en privado: "Creo que vamos a tener que terminar abrazados a la UCR si queremos ganarle a una lista peronista auspiciada, esponsorizada y financiada por (Néstor) Kirchner. Los radicales tienen un comité en cada pueblo y nosotros no".
Cuando se le consultó sobre la veracidad de un plan B para el 2007 en caso de que Binner sea derrotado en las legislativas de octubre próximo, el hombre abrió los ojos y repreguntó: "¿Eso de que Lifschitz sería candidato a gobernador y (Rubén) Giustiniani a intendente?". Antes de que el interlocutor respondiera con un sí o con un no, la fuente se despachó: "Miguel admira al Lole y sabe que en la provincia es imbatible. Ahora, si el candidato a gobernador es otro... ¿Se da cuenta que estamos hablando sobre lo que puede suceder dentro de dos años y antes tenemos un montón de elecciones?", se atalonó.
Con todo este background, el lector deberá saber que, de ahora en más, cada adjetivación, crítica o elogio que brote de los labios de un político estará enmarcado por el farragoso (e inédito) proceso electoral que se avecina.
Ciryl Smith escribió en 1928: "La política es la comedia que más tiempo permanece en escena". En Santa Fe comienza a levantarse el telón. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |