| domingo, 23 de enero de 2005 | cartas Sociedad homogeneizada En nuestra sociedad hay una fuerte presión para homogeneizarnos. Para que todos seamos flacos, lindos y no pensantes. Sobre todo esto último. Evidentemente, este tipo de mentalidad, corrosiva desde el punto de vista social, está en contra de la irremediable variedad que supone una sociedad. Si bien esto no es una apología de las diferencias, cabe pensar cuál sería el destino de un país en el que la identidad de sus pobladores queda relegada a un segundo plano, en el que el anhelo general apunta a un modelo prácticamente inalcanzable y por eso todavía vigente. Pero lo ideal sería que una sociedad que se pretende democrática no aceptara tutores sociales de sus integrantes porque, en definitiva, aceptar semejantes instrucciones no es ser civilizado, sino dócil.
Julia Gastellu
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