| miércoles, 19 de enero de 2005 | Una técnica revolucionaria corrige deformidades del pie María Laura Favarel / La Capital Los procedimientos que se utilizan en las cirugías apuntan a ser cada vez menos invasivos. Los adelantos técnicos facilitan que las intervenciones sean más exactas, de menor riesgo para el paciente y con una recuperación mucho más rápida. Este es el caso de la cirugía percutánea del pie, que corrige las deformidades a través de pequeñas incisiones y permite a la persona salir caminando del quirófano.
La cirugía percutánea del pie, o cirugía mini invasiva es una técnica moderna. Lleva menos de 10 años en Estados Unidos y ya llegó a Rosario. A través de pequeñas incisiones en la piel del pie se realizan los mínimos gestos quirúrgicos con instrumental específico para corregir deformidades como juanete, dedo martillo, artrosis y espolón calcaneo, entre otras.
El doctor Miguel Alcácer se especializó en Atlanta (Estados Unidos) en cirugía de pie y luego comenzó a ejercer esta técnica en Rosario. "Se trata de actuar sobre el hueso sin incidir en los planos profundos", explicó el profesional en diálogo con La Capital.
Pequeñas incisiones La gran diferencia con la cirugía convencional es que se pueden corregir grandes deformidades con mínimos gestos quirúrgicos. A diferencia de la cirugía tradicional -donde hay que cortar la piel, capa por capa hasta el hueso con el bisturí y otro instrumental adecuado-, en la práctica mini invasiva se utilizan "fresas", que son materiales específicos para penetrar hasta la lesión sin necesidad de cortar otras capas. "Se hacen incisiones de menos de un centímetro y se va actuando por allí hasta llegar al hueso y corregir así la deformidad. Esta es la primera ventaja con respecto a la operación convencional", puntualizó el especialista.
Elementos de fijación La segunda ventaja, tal vez más interesante, es que no se utilizan elementos para la fijación del hueso, lo que permite que los pacientes puedan deambular por sus propios medios inmediatamente después de la intervención quirúrgica.
En la práctica tradicional para corregir una deformidad se hace un corte en el hueso para colocar el instrumental específico, como tornillos, clavijas o grapas. "La nueva técnica no utiliza estos elementos, porque la corrección del hueso se efectúa con vendajes posquirúrgicos. Estos se utilizan por seis semanas", explicó el profesional.
Las vendas, que se colocan entre dedo y dedo, hacen necesario que el paciente utilice una sandalia posoperatoria, y deberá controlarse los vendajes mientras los tenga. De esta manera puede salir caminando del quirófano y no necesita hacer reposo. Es fundamental el control periódico del vendaje por parte del médico para que se alinie correctamente el hueso. La posibilidad de no utilizar elementos extraños para la fijación del hueso es de suma importancia para personas que sufren rechazos hacia el material de osteosíntesis, como son por ejemplo los tornillos.
Al trabajo en 48 horas La cirugía percutánea de pie utiliza anestesia local, de manera que no afecta a personas con problemas cardíacos. Asimismo, la pronta recuperación permite que los pacientes que necesiten volver a trabajar en las próximas 48 horas de operarse, estén en condiciones de hacerlo.
"Como toda cirugía no está exenta de complicaciones como edemas, hinchazones o infecciones, aunque los riesgos de que se produzcan disminuyen notablemente", comentó Alcacer, quien ya realizó numerosas operaciones con éxito, tanto a nivel estético, como funcional.
"La rehabilitación es necesaria", recordó el médico. Siempre, ante cualquier intervención que se haga, el pie se va a hinchar. A las 6 semanas se retiran los vendajes. Cuando se alinearon los huesos se hace una rehabilitación para disminuir el edema. El médico aclaró que "hasta el momento no se han producido reincidencias, como tampoco sucede en la cirugía convencional", concluyó. enviar nota por e-mail | | Fotos | | A través de incisiones de menos de 1 cm el médico corrige el defecto. | | |