Desaparecidos. Tercera jornada del juicio en Madrid

Scilingo reveló que Massera ordenó matar a su hermana

Defendió la obediencia debida y negó que la Esma fuera un centro clandestino: "Eran operaciones oficiales", dijo

El ex represor Adolfo Scilingo defendió la obediencia debida, dijo que "no tenía constancia" de que se practicaran torturas en la Esma, y consideró que esa dependencia de la Marina "no era un centro clandestino" porque sus operaciones "eran oficiales". Además, sorprendió con la revelación de que el ex jerarca de Armada Emilio Massera "mandó a matar" a su hermana María Adela Scilingo. Por otra parte, dijo saber que en la Esma estuvieron detenidas las monjas francesas Domon y Duquet, y la sueca Dagmar Hagelin, todas asesinadas por el método de los "vuelos de la muerte".

En la tercera jornada del juicio oral que se desarrolla en la Audiencia Nacional en Madrid, Scilingo relató que su hermana María Adela estuvo a punto de ser secuestrada. "Andaba en temas poco claros, con gente poco recomendable y tiene que tener cuidado", le habían advertido a Scilingo, quien ayer afirmó que en octubre de 1977 el teniente Enrique Yon, quien también actuó en la Esma, le avisó: "Van a detenerla".

Desde el banquillo de los acusados, Scilingo volvió a cargar responsabilidades sobre Massera quien "mandó matar" a su hermana, y dijo que le dio crédito a los motivos por los que buscaban a María Adela: "Creí que tenía al diablo en mi propia casa".

El ex marino sostuvo ante el tribunal que estaba convencido de que su hermana participaba en actividades terroristas: "Por ahí piensan que soy un monstruo, pero no estoy tan seguro de que hubiera salvado a mi hermana si hubiera formada parte del grupo operativo de tareas".

En ese punto, Scilingo explicó que fue motivado por el "odio" y la "venganza" a la hora de decidirse a declarar ante el juez español Baltasar Garzón.

Agregó que supo detalles de las operaciones por boca del teniente Yon, con quien volvió a hablar en 1986 en Bahía Blanca. "Yon fue mi salvador. Salvó a mi hermana y también me abrió los ojos. Cuando le pregunté qué hubiera pasado con ella si la hubieran detenido (en 1977), me dijo que la hubieran llevado a la Esma, la hubieran torturado para sacarle información y la hubieran matado". Scilingo contó entonces que le preguntó de qué manera la hubiera matado y que Yon le contestó: "Con un vuelo".

El ex marino relató que fue Yon quien le contó que las monjas francesas desaparecidas Alice Domon y Leonie Duquet habían sido víctimas de uno de los "vuelos", y que la sueca Dagmar Hagelin tuvo también ese destino o "una inyección con incineración".

El ex marino también afirmó que cuando estaba en la Esma "no tenía constancia de que se practicaran torturas", pero admitió que "si uno preguntaba, pasaba a ser sospechoso".

Scilingo sostuvo en las Fuerzas Armadas se "sigue ciegamente lo que dice el superior" al defender la obediencia debida. "Si el superior dice «vamos para allá que tenemos que matar», es así", explicó.

El ex represor reconoció además que en el edificio de oficiales de la Esma, donde funcionó el mayor centro de torturas del país en la última dictadura, había "personas detenidas", aunque negó que fuera "un centro clandestino", ya que sus operaciones "eran oficiales".

Aseguró que cuando estaba en la Esma "no podía conocer lo que hacían los grupos de tareas", pero que ahora creía que "estas actividades no pueden ser secretas porque se hacían dentro de la estructura militar". En este marco, juzgó que "la Armada Argentina sigue escondiendo todo".

Y un detalle: al ser interrogado sobre si él mismo había torturado Scilingo respondió: "Yo soy electricista, ¿qué tenía que ver yo con eso?".

Scilingo negó haber torturado.