| miércoles, 19 de enero de 2005 | Maniataron a empleados de una parrilla y robaron 17 mil pesos Eduardo Caniglia / La Capital Tres hombres armados asaltaron una parrilla de la zona sur de la ciudad y se llevaron unos 17 mil pesos que estaban guardados en una caja fuerte después de inmovilizar al dueño del comercio y tres empleados. En el incidente, que los ladrones concretaron en pocos minutos, nadie resultó lastimado. Anoche, los pesquisas presumían que los malhechores sabían que en el local había dinero.
Según contó una fuente policial, el atraco ocurrió cerca de las 9 de ayer, en La Parrillita, un local situado en San Martín 4213. A esa hora, el propietario y una empleada ya habían abierto el local cuando fueron sorprendidos por tres sujetos armados. Cuando la mujer divisó desde el interior del comercio a los tres hombres creyó que eran algunos de sus compañeros de trabajo. Y entonces les franqueó el paso.
El comerciante y la empleada se percataron de que se habían equivocado cuando vieron los caños de los revólveres apuntando a sus cabezas. "Esto es un asalto", gritó uno de los intrusos, mientras el socio se daba a la tarea de recoger los dos mil pesos que el dueño del local tenía en uno de sus bolsillos.
El ladrón también le quitó al comerciante la llave de la caja fuerte, aunque no sabían en qué sitio del local estaba. "Como el dueño no se los dijo, apretaron a la empleada", contó un comisario de la Jefatura.
La mujer no tuvo entonces más alternativa que indicarles el lugar donde encontrarían la caja fuerte. Ya para entonces habían llegado los otros empleados, que fueron obligados a tirarse al suelo. Uno de los malhechores caminó hasta una pequeña oficina. Logró abrir el cofre y se apoderó de unos 15 mil pesos entre efectivo y tickets. El dinero, según el vocero consultado, correspondía a la recaudación de los últimos días y estaba destinado al pago de proveedores.
Mientras esto ocurría, sus dos cómplices completaban la labor. Al dueño lo encerraron en el baño, le ataron las manos y las piernas con cuerdas y le cubrieron la boca con precintos. La misma suerte corrieron los empleados, que fueron llevados a la cocina.
Los maleantes no sólo se llevaron plata, sino también los legajos de los empleados, la documentación con los registros impositivos del comercio y los teléfonos celulares de los presentes.
Cuando ya habían transcurrido unos quince minutos desde su irrupción, los asaltantes se marcharon. Las víctimas no se dieron cuenta si los esperaba algún vehículo por la calle San Martín. Un rato después, el comerciante y los empleados lograron zafar de las ataduras y salieron a la calle. Los ladrones se habían esfumado.
Después el propietario del negocio fue hasta la comisaría 11ª y denunció el ilícito, que también es pesquisado por la Brigada de Investigaciones. A media tarde de ayer, un grupo de empleados acomodaba las mesas sobre la vereda. Esperaban la llegada de los clientes pero conservaban en silencio la experiencia de la mañana. "El dueño no está pero me dijo que no quiere hablar del robo", dijo, muy amablemente, la encargada. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los ladrones llegaron a las 9, casi junto al personal. | | |