| miércoles, 05 de enero de 2005 | Entretelones de la condena a prisión efectiva del chofer de la empresa El Práctico en febrero de 2003 Cómo dedujo el juez quién manejaba el micro donde murieron 10 personas Por testigos y pericias, concluyó que el chofer mintió para inculpar a su compañero fallecido en el accidente Jorge Salum / La Capital Hugo Juan Di Rosa se tomó la cabeza. "En lugar de toda esta gente tendría que haber muerto yo", dijo. Era evidente que se sentía agobiado por lo que acababa de ocurrir con el micro de la empresa de larga distancia para el que trabajaba. Un joven escuchó la frase y creyó que tal vez significaba algo. "¿Por qué lo dirá?", se preguntó y la guardó en su memoria hasta el momento en que le tocó declarar. Entonces se la contó a los policías y así aquellas palabras pasaron a formar parte de un expediente judicial que ya tiene más de 1000 fojas. Veinte meses después, el juez que tiene a su cargo esa causa creyó hallar el significado de aquella frase de Di Rosa. "Estaba dando a entender que manejaba él y no su compañero muerto", escribió en su fallo.
Di Rosa es el chofer de la empresa El Práctico condenado la semana pasada en primera instancia a tres años y dos meses de prisión de cumplimiento efectivo como responsable de la muerte de 10 personas y de las lesiones sufridas por otras 14. Para el juez que lo sentenció, Daniel Fernando Acosta, es quien conducía el interno 124 de esa compañía de transporte la noche que volcó en Roldán como resultado de una maniobra "imprudente y temeraria".
En ese momento el vehículo iba a 104 kilómetros por hora, según comprobarían luego los peritos de la policía santafesina y de la Gendarmería Nacional.
La cuestión es que Di Rosa siempre había dicho que él iba de acompañante y que manejaba su compañero, Marcelo Oscar Ricci, una de las víctimas fatales del vuelco. Pero el juez Acosta llegó a la conclusión de que mintió para que no lo responsabilizaran por las muertes y los heridos y lo condenó.
Para hacerlo tuvo en cuenta distintos indicios:
* El cuerpo de Ricci salió despedido por la ventanilla del acompañante del chofer y cayó debajo del micro. Allí lo encontraron los bomberos al rescatarlo. En esa ventanilla también hallaron sangre compatible con la del conducto fallecido.
Para el juez eso prueba que quien guiaba la unidad era Di Rosa y no Ricci. Caso contrario, habría sido más razonable que quien saliera despedido por el impacto del vuelco hubiese sido Di Rosa y no su compañero, razonó el juez Acosta.
* Este indicio se complementa con otro "más grave", según palabras del propio magistrado. Son las lesiones halladas en el tórax de Di Rosa. Tanto los médicos forenses como los peritos de la Policía Científica de la Gendarmería Nacional que intervinieron en el juicio aseguraron que esas heridas son compatibles con el impacto del cuerpo contra el volante al producirse el vuelco. Paradójicamente, el cuerpo de Ricci no las tenía pese a que según Di Rosa era quien estaba sentado frente al volante.
Además, las lesiones que presentaba el cadáver de Ricci son compatibles con los golpes que hubiese recibido alguien que estuviese en el sitio del acompañante y no en el del chofer, que resultó menos dañado. Esa es otra de las conclusiones a las que coincidentemente arribaron los forenses y los peritos.
Como contrapartida, Di Rosa sufrió graves lesiones en las piernas que sólo se explican para el caso de que fuera manejando, según la opinión que los expertos le dieron al juez Acosta.
* El micro había partido de Retiro y se dirigía a la ciudad cordobesa de San Francisco. Era el recorrido que siempre hacían Ricci y Di Rosa. De San Nicolás a Rosario manejó Ricci y aquí cambiaron. Di Rosa dijo que volvieron a hacerlo en Provincias Unidas y Pellegrini pero el juez lo descartó de plano. Es que luego de salir de la estación habían hecho otra parada para bajar y subir encomiendas y al magistrado le pareció razonable que en todo caso lo hubiesen hecho allí y no que tuvieran que volver a detenerse una vez más unas cuadras más allá.
Además, en el tramo Rosario-Las Rosas siempre manejaba Di Rosa y no su compañero.
* Las frases que Di Rosa pronunció en distintos momentos durante los minutos posteriores al accidente también lo comprometieron. Una de ellas es aquella que un joven pasajero escuchó en medio de la oscuridad (el siniestro ocurrió cerca de las 3 de la mañana) con la que se abre este texto. Pero no fue la única.
En medio de la noche, cuando todavía ni siquiera se conocía la magnitud exacta de la tragedia, un pasajero escuchó a Di Rosa discutir con otro sobre la velocidad a la que viajaba el micro. "Iba a más de 100", reprochó el interlocutor del chofer. "No, iba a 90", respondió éste con absoluta seguridad. El testigo creyó que esa seguridad sólo era propia del chofer y nunca del acompañante, y ahora el juez siguió el mismo razonamiento.
Los médicos que atendieron a Di Rosa en el hospital de Roldán también lo escucharon lamentarse por las víctimas fatales del accidente y por el hecho de que él hubiese salido vivo. Uno de esos médicos más tarde lo acompañó en una ambulancia hasta un sanatorio de Rosario y en el viaje lo notó preocupado ante la posibilidad de que lo dejaran detenido. Algo que, para el juez Acosta, sólo se explica de una manera: aunque dijera lo contrario, Di Rosa era quien manejaba el interno 124 cuando quiso doblar un rulo de la autopista a una velocidad imposible y terminó apoyado sobre un barranco con su carga de muertos y heridos. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El micro volcó en el rulo de la autopista Rosario-Córdoba y la ruta AO12. | | |