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 miércoles, 05 de enero de 2005  
TV / Crítica: "Tiempo límite"
Sofovich, un conductor que se las sabe todas y un reloj como enemigo

Pedro Squillaci / La Capital

Gerardo Sofovich cambió de canal (del 9 a América) pero sigue con el mismo aire. "Tiempo límite" es un programa de entretenimientos en el que el conductor despliega sus tics -absolutamente todos- con el propósito de coronarse la estrella del ciclo. Con sus pausas exageradamente prolongadas y un suspenso que no fue tal, el envío debutó con una sonrisa para el canal, ya que midió 6.8 puntos y fue lo más visto de América en el horario central.

El Ruso en el centro de la escena y sólo dos participantes animaron -valga la licencia- el programa. El objetivo del ciclo es que los concursantes respondan distintas preguntas de interés general, espectáculos, deportes o cálculos matemáticos en el menor tiempo posible. Es decir, vale la rapidez mental pero también saber retirarse de una batalla, en caso de no conocer una respuesta, para intentar ganar la guerra.

Alejandro y Guillermo compitieron para ganar el premio base (2.500 pesos) y el máximo del día (25.000 pesos). Para eso debían ir contestando cada pregunta y esperar la aprobación o reprobación del conductor, o en su defecto decir "stop" para que el reloj no corra. Los "no" en forma imperativa de Sofovich y su actitud de "yo me las sé todas" a través de miradas despectivas a los concursantes o frases como "esta es fácil, muy fácil" resultó tedioso, no sólo para los participantes al borde de un ataque de nervios sino para los televidentes.

Claro que Sofovich tiene su público. Lo demuestra el rating, su permanencia de años en la pantalla y las risas cómplices (grabadas o no) que le festejan cada una de sus ocurrencias o expresiones.

El programa quedó muy vacío en el formato planteado. El suspenso que pretendía generar el conductor no llegó a buen puerto, aunque en algunos casos el televidente se identificó con los participantes, eligió su favorito y hasta adivinó las respuestas, como suele ocurrir.

El final no pudo ser mejor para un debut. El candidato a ganar se bloqueó en las respuestas y el que pareció que se iba con las manos vacías se llevó la friolera de 27.500 pesos a su casa, es decir la suma total de los dos premios en juego. Simulando a un derrotado poco creíble, Sofovich se despidió diciendo: "Nos vemos mañana, si todavía estoy".

P.S.
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Gerardo Sofovich en un formato poco novedoso y con los tics soberbios de siempre.

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