 | viernes, 31 de diciembre de 2004 | Punto de vista: Sinsabores de los triunfadores Rodolfo Bella / La Capital Juana Molina resultó un caso extraño dentro de la escena musical y televisiva. Se suponía que la popularidad como actriz debía transferirse a su profesión posterior de música. Pero no fue así. Ahora su disco "Tres cosas" fue consagrado por el diario The New York Times entre los diez mejores del año en el rubro pop. La cantante y autora confirmó así la maldición que pesa sobre los que pretenden tener éxito en su territorio porque aquí su carrera musical fue un objeto para iniciados.
Cuando fue actriz, pasó todo lo contrario. Molina llegó a imponer modas y muletillas. Desde el comienzo de su trabajo en televisión, en el programa de Antonio Gasalla, ella identificó lugares comunes e hizo un humor ascéptico. Así ocurrió con su personaje de esposa sometida o el de la hija de la mujer que hacía Gasalla. Es más. Esa difusión de sus creaciones fue tan grande que, no podía ser de otro modo, tuvo su propio programa. Cuando estaba al frente de "Juana y sus hermanas", más o menos todo el mundo conocía sus personajes y citaba sus frases y su estilo de hablar: la psicóloga superada, la adolescente y la cajera de supermercado oriental le dieron enorme popularidad.
Sin embargo un día dio media vuelta y dejó todo para dedicarse a la música. Según dijo, esa era su única vocación. Nunca renegó de nada, pero lo demás había sido un trabajo. Así lo dijo en entrevistas posteriores. Su música -como ocurre con la tercera placa elogiada en Estados Unidos- es análoga a su estilo actoral: minimalista, con instrumentación de violines y sintetizadores, en el estilo personalísimo que puede tener como vecino a la brasileña Adriana Calcagnoto, o a las melodías alucinadas de Björk.
Ahora saborea algún sabor a reconocimiento, cuando su nombre aparece ligado nada menos que a la iconografía de la música popular en uno de los diarios más prestigiosos del mundo. En esa lista de los mejores del año, Molina quedó detrás de los discos de U2, Youssou N'Dour, Brian Wilson, Björk y Green Day. Nada menos. Juana Molina, es verdad, nunca transigió con la proyección masiva ni de su imagen ni de su música. Así el camino es más lento y más largo, pero, quizás genuino y personal. enviar nota por e-mail | | |