 | viernes, 31 de diciembre de 2004 | Datos de un estudio sectorial Hacen el primer mapa del consumo de carne en el país El Instituto de Promoción (IPCVA) busca conocer las preferencias para mejorar la rentabilidad del negocio Los resultados preliminares del primer mapa de consumo de carne en la Argentina, que está llevando a cabo el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) a través de la consultora TNS-Gallup, revelan el fuerte vínculo que poseen los argentinos con la carne roja. Una de las incógnitas que reveló el estudio tiene que ver con el comportamiento diferencial que manifiestan los consumidores, que comen carne vacuna tres o más veces por semana, y los esporádicos, una vez por semana.
A raíz de la escasa información que existe en el país sobre el tema, el IPCVA, que preside Arturo Llavallol, decidió llevar adelante este relevamiento de mercado, con el objetivo de contar con datos precisos sobre el posicionamiento de la carne vacuna en la alimentación nacional.
De esa manera, se busca implementar estrategias de marketing y poder cumplir con el objetivo principal de la cadena de ganados y carnes, como es mejorar la rentabilidad del negocio y consolidarlo desde la demanda.
El relevamiento, paso a paso La investigación consta de dos etapas: una cualitativa, que es la que concluyó y que permitió responder algunos interrogantes respecto a significaciones asociadas a la carne y su consumo, y otra cuantitativa, que permitirá validar estadísticamente los resultados a nivel país, que estará disponible para marzo de 2005.
En esta etapa, como una radiografía del consumo, el trabajo consistió en la realización de focus groups en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza, integrados por ocho participantes y moderados por coordinadoras psicólogas expertas en técnicas grupales, en los que se buscó indagar emociones, sentimientos y todos aquellos pensamientos y significaciones asociadas al consumo.
Una de las incógnitas que reveló el estudio tiene que ver con el comportamiento diferencial que manifiestan los consumidores habituales, que comen carne vacuna tres o más veces por semana, y los esporádicos, una vez por semana.
En ese sentido, si bien ambos consideran a la carne como el alimento "base" de toda comida, en los primeros se suma el valor simbólico de las carnes rojas como parte de la cultura alimenticia tradicional, cobrando relevancia los argumentos emocionales de consumo, mientras que en los segundos se privilegian los argumentos racionales, anclados en el concepto de alimento indispensable para la buena dieta.
El producto se definió como de "sabor irremplazable", frase que resume la valoración de los argentinos de la carne en su dieta. Sin embargo, el estudio revela que no consideran todas las carnes por igual y que hay aspectos que explican por qué prefieren carne vacuna frente a carnes competidoras: el rendimiento económico, la capacidad de saciar el hambre y el apetito figuran entre los principales motivos que ubican a las carnes rojas en el lugar más alto del podio.
La facilidad de preparación, así como la versatilidad de este alimento, en cuanto a la gran diversidad de recetas que se pueden elaborar, contribuyen a crear ciertas preferencias a la hora de incorporar proteínas a la dieta. La investigación que permitió identificar las principales fortalezas de la carne como alimento, reveló que tiene una amplia aceptación familiar y que, además de valorar su aporte proteico, los argentinos ven a la carne roja como una fuente importante de hierro para su organismo, resaltando la necesidad de su ingesta en mujeres embarazadas y en chicos
Ejes de acción Dados los resultados, el IPCVA se encuentra en condiciones de definir los ejes sobre los que deberá hacerse hincapié en la instancia de investigación cuantitativa.En líneas generales, los argentinos priorizan entre los atributos ideales las características organolépticas, prefiriendo la carne de un color rojo-rosado frente a otra más oscura, una magra a otra grasosa y la grasa blanca frente a la amarillenta.
Marcando las diferencias con los consumidores europeos y norteamericanos, confían plenamente en sus carnes, ya que no se hace mención a la importancia del sistema de certificación o sello de calidad.
Uno de los aspectos sobre los que deberá trabajar el instituto esta vinculado a algunas ideas comunes o mitos arraigados en el imaginario popular, tales como que la mejor carne no se vende en el país, cuando la que se consume internamente es de la misma calidad que la que se exporta. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los argentinos, por valor simbólico o racional, consumen carne varias veces por semana. | | |