| miércoles, 29 de diciembre de 2004 | Profesionales rosarinos investigan la violencia en los adolescentes Belén Travesaro / La Capital El Grupo Universitario de Intervención en Desastres, Emergencias y Crisis (Guidec), que depende de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), inició una investigación sobre infancia, adolescencia y violencia a raíz del aumento de conflictos en el ámbito escolar y la falta de sustento teórico que sirva para entender la problemática. "El objetivo es crear nuevas categorías de análisis basadas en la familia y la escuela de hoy, que son muy diferentes a las de hace 50 años. Los cambios sociales, culturales y económicos de los últimos años sucedieron demasiado rápido, dejándonos desprovistos de modelos de pensamiento", dijo a La Capital la psicoanalista Marité Colovini, codirectora del estudio y directora del Guidec.
"Reducir el problema a la violencia familiar o escolar es minimizar el conflicto y fabricar especialistas desconociendo que el fenómeno es parte de los efectos sociales del modelo económico-social dominante y merece por tanto calificarse como violencia social, que se manifiesta en todos los ámbitos, instituciones y estamentos", agregó.
El trabajo -dirigido por el doctor Jorge Kohen, jefe del área de salud y trabajo de la Facultad de Ciencias Médicas- se titula "Análisis de las intervenciones en el campo de la salud mental en situaciones de catástrofe" y del mismo intervienen los docentes Eugenia Piazza, Franco Ingrassia, Esteban Fridman y Germán Canteros, además de los psicólogos Verónica Almeida y Alberto Giovanello. La investigación se centraliza en la Facultad de Psicología de la UNR y tiene como plazo de finalización el 2006.
Recolección de datos Actualmente los profesionales están en la etapa de recolección de datos a través de talleres con docentes y estudiantes; análisis de casos; investigación bibliográfica y análisis de documentos. En función de la información reunida buscan delinear nuevas categorías de análisis y diseñar estrategias de intervención.
De los datos preliminares surge que las familias actuales en general son de carácter fragmentado y constituida por vínculos muy frágiles. "Lo más habitual es que los padres, hijos y abuelos no se mantengan unidos, y son comunes las parejas entre jóvenes y adultos, y entre personas del mismo sexo", agregó Colovini, quien es profesora de las cátedras de psiquiatría de niños y adolescentes, y de psiquiatría de adultos de la Facultad de Ciencias Médicas.
La escuela también se modificó. "Los niños están más acostumbrados a la computadora que al libro y requieren una educación que tome en cuenta las condiciones de la subjetividad actual, que no siempre son comprendidas por los docentes", agregó la psicoanalista.
La especialista reconoce en algunos de los profesionales de la salud y educación una dificultad para crear otros modelos de pensamiento, lo que trae como consecuencia el apego a esquemas ya caducos o la negación de lo que sucede en el presente. "El resultado es la impotencia ante la resolución de conflictos", subrayó.
Violencia social En la investigación los autores del trabajo encaran la violencia en los jóvenes como uno de los efectos de la "catástrofe social" que afecta desde hace años al país. Entre otras cuestiones plantean que la violencia en los adolescentes está relacionada con las características de la actual sociedad, entre ellas, la vigencia de un mercado financiero regulador de las organizaciones sociales que excluye a quienes no son fieles consumidores y se rige por el tiempo presente sin permitir la proyección al futuro además de promover el individualismo. "El Estado-Nación está agotado y el lugar rector está ocupado por el mercado. Ya no podemos seguir pensando en las instituciones con las categorías de análisis construidas en tiempos anteriores. La familia, la escuela, el hospital, la cárcel, entre otras, ya no son más lo que eran", especificó Colovini.
Lejos de centrar la problemática sólo en el adolescente y en un determinado ámbito, la investigación se propone la elaboración de estrategias de acción e intervención que impliquen a la comunidad en su conjunto y abarquen el trabajo en el ámbito escolar, con los maestros, el núcleo familiar, los actores barriales, entre otros, "tendiente a que entre ellos se instale la mediación de la palabra", dijo.
La palabra "La palabra como mediadora perdió valor, lo que lleva a los vínculos a retroceder hasta la lucha cuerpo a cuerpo. Hoy existe una falta de cuidado y compromiso con respecto a la acción de la palabra y como consecuencia de ello, las personas terminan relacionándose con violencia", agregó. Frente a ello la profesional propone que cada uno comience a hacerse responsable de lo que dice, a la vez que intente no degradar los mensajes.
Otro de los aspectos que la especialista considera que está desvalorizado es el amor. "No hay amor sin palabra de amor. Los dichos amorosos ligan a los seres humanos", dijo.
En cuanto a la importancia de los límites la profesional sostiene que en la escuela existen dificultades para ponerlos. "No se trata de mayor represión, sino de mantenerse firme con respecto a lo que se puede y lo que no, es decir, proporcionar a los niños y jóvenes reglas claras para que todos puedan jugar el juego en cada situación específica", aclaró.
Asimismo, el hecho que la justicia y la policía estén cuestionados influye negativamente en el crecimiento de los niños, ya que "cómo van a sostener solos lo que no se sostiene desde ningún lugar". Para Colovini esto obstaculiza los trabajos psíquicos necesarios para ir conformándose como adultos además de afectar la transmisión de normas y valores.
El contexto actual lleva a una mayor vulnerabilidad en los adolescentes que se manifiesta en un aumento de las consultas por adicciones, anorexia y suicidios. "Esto indica que existe un sufrimiento. Están en un momento en que tienen que abandonar la infancia y se quedan sin sostenes para construir lo nuevo, como desprovistos de herramientas y con una sensación de vacío", dijo finalmente Colovini. enviar nota por e-mail | | Fotos | | "La palabra como mediadora perdió valor", dijo Marité Colovini. | | |