| miércoles, 29 de diciembre de 2004 | Reflexiones El hipódromo Independencia languidece Alberto Serra Languidecer, según cualquier diccionario de sinónimos, equivale a debilitarse, desmayarse, desalentarse, entorpecerse, enflaquecer, etc. Esos conceptos pueden aplicarse, por estos tiempos, a la mayoría de los hipódromos argentinos. Palermo resucitó de sus propias cenizas gracias al "milagro" de las tragamonedas, una nueva forma de generar recursos a través de las necesidades lúdicas de la gente. Después de muchas idas y vueltas, el gobierno y la Legislatura de la provincia de Buenos Aires acordaron una legislación que destina parte de lo recaudado por las maquinitas -que no estarán en San Isidro ni en La Plata- a las gerenciadoras de esos circos hípicos. O sea que, tal vez con ingresos menores a los de Palermo, recibirán recursos que les permitirán superar un momento económico muy difícil. Deficitario, a todas luces.
¿Y el Independencia, qué? El Independencia está lejos de ser el de otros tiempos. Ni hablar de cuando se hacían cien reuniones anuales (hasta que llegó Martínez de Hoz y comenzó la decadencia de nuestro turf). Ahora hay carreras cada dos semanas y parte de los recursos para los premios los aporta el simulcasting. De modo que las carreras rosarinas ya no tienen el atractivo ni la competitividad de otrora, porque cualquier caballito que pinte bien prueba suerte en Buenos Aires. Allí está la plata, allí está la jerarquización y allí está la esperanza -con los buenos ganadores- de alguna venta al exterior.
La actividad del hipódromo Independencia sigue en manos del Jockey Club de Rosario, cuyo contrato está vencido. Los directivos de Córdoba y Maipú no tienen intención de renovarlo y mantienen el "stato quo" en espera de una licitación para adjudicarlo a eventuales interesados en explotarlo.
En los últimos meses hubo distintos empresarios interesándose por el Independencia, pero en todos los casos tropezaron con problemas de jurisdicción. La provincia extiende las autorizaciones para explotar los hipódromos y también para los juegos de azar. La provincia ha dispuesto que las máquinas tragamonedas solamente pueden funcionar en los casinos autorizados por la respectiva ley provincial. En otras palabras, las leyes de la provincia no permiten instalar tragamonedas en los hipódromos. Y para terminar con el tema del gobierno santafesino, desde hace meses que tienen "en el horno" los pliegos para los futuros casinos y bingos, los que no terminan de "cocinarse".
A su vez, el hipódromo Independencia está en terrenos municipales. Todo lo clavado y plantado le pertenece a la comuna. Desde hace algunos años, funciona dentro del hipódromo (en todo lo que fue la tribuna popular y el sector denominado "tenis"), un instituto terciario donde se dictan las carreras de Educación Física, Periodismo Deportivo, Director Técnico de Fútbol, etc.), lo que ha provocado no pocos inconvenientes y accidentes por las actividades totalmente contrapuestas que se realizan.
Se supone que la Municipalidad tiene que buscar un nuevo adjudicatario para explotar el hipódromo, dado que la concesión al Jockey Club está vencida. Varios grupos empresarios anduvieron por Rosario haciendo averiguaciones y tomaron nota de la imposibilidad -según las leyes provinciales actuales- de instalar las tragamonedas. Sin embargo, alguno deslizó que a pesar de ese contratiempo el interés subsiste. ¿Será que querrá combinar casino e hipódromo todo junto, aunque sean dos licitaciones distintas?
La Municipalidad, para no ser menos, tiene los pliegos del hipódromo "en el horno", y tampoco terminan de "cocinarse". Mientras todo esto ocurre, en otras provincias han avanzado más. En Tucumán, en medio de grandes polémicas, ya acordaron instalar 1.000 maquinitas en el hipódromo. No nos cabe duda de que en poco tiempo el turf del Jardín de la República levantará cabeza y logrará posicionarse en el mercado nacional. En cuanto al juego, observamos el avance en nuestra vecina Entre Ríos. Ya se están vendiendo pliegos para un casino en Victoria. A pasitos de Rosario, como quien dice. enviar nota por e-mail | | |