Redescubrimiento

Un pueblo que se recupera

La Asociación Responde y la Comuna de Godoy desarrollan un proyecto para impulsar el turismo en sitios históricos del sur provincial

Paola Irurtia / La Capital

Las poblaciones de Godoy y Oratorio Morante, ubicadas a unos 55 kilómetros al sur de Rosario, en el departamento Constitución, redujeron su población de 5000 a 1400 personas en los últimos cuarenta años. Las migraciones, hacia sitios con oferta de trabajo o posibilidades de estudio y desarrollo profesional, sumadas al cierre de los ferrocarriles y la oferta única de trabajo en el campo o en servicios puso a ambas poblaciones ante la necesidad de generar nuevos recursos económicos para la contención de la población. La antigua capilla de Oratorio Morante, una escuela cuya fundación se estima entre las primeras del país y el cementerio que guarda los restos de los caídos en las batallas de Pavón y Cepeda nutrieron la idea de organizar los circuitos históricos y proponer los poblados como sitios de interés turístico. Siete meses atrás, la comuna de Godoy firmó un convenio con Responde, una asociación civil sin fines de lucro que impulsa los proyectos y genera puentes con empresas que patrocinan los emprendimientos.

"Va a estar buenísimo que puedan disfrutar esta temporada, recibir turistas y empezar a moverse". El entusiasmo de Marcela Benítez, impulsora de Responde, está anclado en la posibilidad de inaugurar a mitad del verano las primeras instalaciones adaptadas a los requerimientos turísticos en Oratorio Morante. La idea es que los visitantes puedan pasar el día en el poblado, contar con actividades culturales, paseos con guías especializados en fauna y flora, además de historia, y utilizar la infraestructura de Godoy para alojamiento y comida.

Nora Mendonça, presidenta comunal de Godoy desde hace nueve años, enfatiza la necesidad de organizar el turismo histórico y rural porque a las poblaciones ya la están visitando. "No vamos a ser Mar del Plata, ni Carlos Paz, ni Las Vegas. En Oratorio Morante, lo que tenemos es turismo rural, sitios históricos, tranquilidad y la posibilidad de ofrecer belleza agreste".

El oratorio del poblado fue de las primeras construcciones, cuyo origen se remonta a fines del siglo XVIII (ver aparte). "No existía iglesia en los alrededores -contó Mendonça- y el sacerdote venía una vez por mes desde la Catedral de Rosario". Ahora, guarda a la Virgen de los Remedios, patrona del lugar, que el tercer domingo de septiembre de cada año se convierte en el centro de una tradicional procesión por el campo que acompañan gauchos a caballo.

La vieja escuela de Oratorio Morante será convertida en un museo de antigüedades, fauna y flora.

Muy cerca del oratorio se encuentra el cementerio, donde fueron sepultados, en una fosa común, los cuerpos de los caídos en las batallas de Pavón y Cepeda, durante las guerras que enfrentaron a la Confederación con Buenos Aires.

El poblado también fue testigo de la muerte de Domingo Cullen - que fue gobernador de Santa Fe-, por orden de Juan Manuel de Rosas. El sitio donde se ejecutó su fusilamiento es un viejo ombú que aún perdura, ubicado en el paraje "La posta de Vergara".

El circuito histórico de Oratorio Morante se enlaza con la posibilidad de llegar a través de senderos rurales hasta el arroyo del Medio, que está a unos 1500 metros. "Ese circuito se va a poder transitar en bicicleta y en sulky -anunció Mendonça-, que se van a ofrecer en alquiler". Allí, los guías mostrarán las plantas y animales autóctonos, además de transmitir las historias y costumbres.

Los artesanos de la zona también fueron convocados a participar del proyecto. Las localidades cuentan con talabarteros y talladores de madera muy hábiles, y muy humildes, que requieren subsidios para solventar la producción.

Para recuperar las historias, anécdotas y los personajes del pueblo, la asociación Responde convocó a un concurso nacional que tuvo como eje la batalla de Pavón. Esos relatos forman parte del repertorio de historias que contarán los guías.

La falta de infraestructura hotelera convirtió a casas en hospedajes. Un par de ellas fueron especialmente acondicionadas para alquilar a los visitantes. Una vieja despensa de Morante será la nueva casa de comidas y Godoy le brindará apoyo en el rubro gastronómico.

"La idea -contó Benítez- es que los visitantes pasen un día agradable, con actividades que rescatan la belleza y la riqueza del lugar, refrescarse en verano, comer y tomar algo, que son las cosas que acompañan cualquier paseo".

Los problemas más acuciantes que enfrentan los poblados son el desempleo, y la migración hacia otros sitios, un fenómeno que no es nuevo y que en este caso aparece relacionado al crecimiento industrial de Rosario e incluso San Nicolás, con Acindar y Somisa. Tanto Godoy como Oratorio Morante se encuentran en una zona que estuvo muy poblada como colonia agrícola ganadera, una actividad que aún concentra la mayor parte de la producción, con 7500 hectáreas ocupadas en agricultura y 1200 en ganadería, de las 8900 de la jurisdicción, según datos oficiales.

Como los recursos no son abundantes, la puesta en valor de los edificios e instalaciones se realiza mediante el aporte de empresas, en este caso Petrobras, a través del convenio con la asociación. La firma patrocinó el libro "Recuerdos de pueblo", de reciente aparición, que incluyen fotografías de pueblos de distintos puntos del país.


Libro de recuerdos
La convocatoria para recoger las fotos se realizó a través de un concurso nacional y la selección -realizada por un jurado externo- se expuso en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires y en el Bernardino Rivadavia de Rosario. "El concurso fue para interesar a la sociedad sobre lo que estaba ocurriendo en estos pueblos", contó Benítez, segura de que el llamado estimuló que esas realidades "fueran más conocidas".

La asociación presenta los libros como opción a regalos empresariales, y de esa forma reúne los fondos necesarios para realizar las obras necesarias en los pueblos asociados al proyecto, como Godoy y Morante. "No es fácil que la gente se involucre e invierta dinero para que un pueblo salga adelante", contó Benítez, contenta con la idea de haber realizado un libro "lindísimo, que nos dejó muy contentos" y a la vez les permite juntar fondos.


De los vecinos
Las reacciones en los pueblos son dinámicas, como cualquier adaptación a un cambio. "Algunos creemos que es un proyecto posible -contó Nora Mendonça-. Otros se ríen y hay muchos que se van convenciendo".

Marcela Benítez asume que ante la llegada de la asociación "muchas personas sintieron como que les estrujaron el corazón" al escuchar el nombre, formado por las iniciales de Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen.

Para deshacer esa impresión fue necesaria una larga charla a la que concurrieron unas 70 personas, donde se plantearon las dudas sobre el proyecto. "Los mismos vecinos contaban cuando eran 4.500, o 5 mil habitantes. Nosotros no fuimos a darle ninguna mala noticia, al contrario", contó Benítez. La idea que transmitió es que ningún pueblo desaparece porque el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo) lo diga, "pero si viene declinando y no hace cosas para que haya más perspectiva de actividad es más difícil que resista".

La reunión, que transitó un análisis de la situación, las posibilidades de desarrollo y sus obstáculos, terminó con una encuesta anónima en la que los vecinos debían contestar si querían desarrollar el proyecto. Todos firmaron que sí.

La plaza de Godoy se prepara para recibir a los visitantes.