Entrevista

Gutiérrez Girault: "Necesitamos inversiones para ampliar la frontera productiva"

El economista advierte que es clave acordar con los acreedores. Si se cumplen los plazos la demora no será problema

Patricia Martino / La Capital

"La salida de la renegociación de la deuda permitirá la reconstrucción de la economía. Necesitamos una ampliación de la frontera productiva y eso requiere inversión. Y las decisiones postergadas en el sector privado comenzarán a tomarse cuando se cierre con los acreedores".

Alfredo Gutiérrez Girault, economista jefe del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (Iaef), considera que la clave es acordar con los acreedores para renovar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y poder abrir las puertas a las demoradas inversiones que permitirán sostener el crecimiento económico. Advierte que mientras se mantengan los nuevos plazos fijados "la demora en el proceso de renegociación ocasionará costos muy bajos".

El analista sostiene que para el 2005 predominarán las condiciones propicias para la actividad económica aunque destaca que existe una inconsistencia entre la política de gasto, la política monetaria y la estabilidad de precios. En una charla con La Capital, luego de una disertación ante ejecutivos en la aseguradora San Cristóbal e invitado por Iaef Rosario, advirtió que están latentes algunas vulnerabilidades como la caída de los precios de los commodities, el Hard Landing de la economía de Estados Unidos, la sobreestimación de márgenes disponibles y de la agenda de temas pendientes más el plan de gestión de gobierno.

-La demora en el proceso de reestructuración de la deuda ¿presagia un "verano caliente"?

-Argentina atraviesa la última instancia de la negociación con los acreedores externos, etapa que todos deseamos que termine exitosamente con un porcentaje alto de adhesión para despejar cualquier tipo de duda sobre el escenario macroeconómico de mediano plazo y de esa manera poder encarar definitivamente la agenda pendiente que todavía tiene Argentina. La salida de este proceso permitirá una reconstrucción de la economía del país que desencadenará en un crecimiento sustentable y con una dosis importante de inclusión social. Pero siempre que se está en los tramos finales de un proceso de renegociación hay tironeos de las partes, o lo que uno podría llamar "imprevistos", lo importante es que sean resueltos de la mejor manera posible y con los menores costos. La demora que se produjo en la renegociación, en la medida que se mantenga en los plazos fijados por el gobierno, tiene costos muy bajos, entre otras cosas por el hecho de que coincide con un momento en que Argentina cuenta con ventajas importantes como se pueden visualizar en el índice de confianza al consumidor, que se va a mantener alto por coincidir con las fiestas de fin de año. En la medida que la renegociación se mantenga limitada a los plazos anunciados no va a ser tan complicado el verano pero sí activo. Hay decisiones que estaban postergadas para luego del cierre con los acreedores que van a empezar a tomarse sobre todo en el sector privado, inversiones que las empresas no se podían hacer en un país que estaba en default. Esto va a producir un movimiento adicional y dinámico, por un sentido o por otro. Si se demora la renegociación hay que ver en qué escenario.

-La agenda de temas pendientes constantemente quedó relegada para luego de la salida del default ¿Cuál es la prioridad hoy en día?

-Hablamos de la necesidad de inversión, uno debe preguntarse qué debo hacer para que en la Argentina suba la inversión y resolver un problema de cuello de botella, es decir el agotamiento de la capacidad ociosa y reponer la baja tasa de inversión de los años anteriores. Por otro lado, hacia adelante hay que generar las condiciones para absorber los desocupados, generar condiciones que den más dinamismo al mercado de trabajo. Los números oficiales demuestran una caída en la tasa de desempleo pero tenemos un número muy alto de beneficiarios sociales que tienen que ser absorbidos por el sistema. Hemos crecido con mucha elasticidad empleo-producto y esto ocasionó que el espacio para la productividad del trabajo fuera muy chiquito y en el mediano plazo necesitamos articular el crecimiento del empleo con aumento de productividad para que el trabajo pueda ser bien remunerado. Todo eso requiere una ampliación de la frontera productiva y eso requiere más inversiones. La clave es la renegociación de la deuda y darle un nuevo impulso al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.


Riesgo superávit
-Se aceleraría el proceso si se utiliza el superávit fiscal para cancelar deuda?

-Eso es lo ideal pero parece que el gobierno tiene otras prioridades. Parece que tiene la imagen de que es fuerte teniendo el superávit, se siente más seguro. Objetivamente la mejor estrategia es volver a acordar con el Fondo y pagar como antes sólo intereses, el capital lo devolvían. Si eso no es posible indefectiblemente esto nos lleva a pagar con el superávit. El Tesoro tiene que pedirle un préstamo al Banco Central para pagar la deuda y todo ese circuito deja una expansión monetaria muy importante, esa cantidad de plata puede llegar a ser el 30% de la base monetaria. Si ese fuera el camino uno tendría que ponerse a pensar qué vamos hacer con el aumento de la base monetaria, en un marco donde la política del gobierno apunta a una inflación del 7 u 8%. Ahí habría un problema de inconsistencia y eso se resuelve con esterilización. Entonces vamos a tener una política muy activa de esterilización monetaria a través de colocación de deuda como Lebac. Esto va a presionar la tasa de interés y va a distorsionar un poco las reglas del sistema financiero porque esos Lebac van a terminar en manos de los bancos. Así, vamos a estar ante la paradoja de cancelar deuda con el Fondo pero al mismo tiempo va a estar aumentando la deuda del Banco Central con los bancos que pueden ser tanto públicos como privados.

-¿Cuáles son los efectos por demorar la ampliación de la capacidad instalada? ¿Traba la apertura a nuevos mercados? ¿Qué pasa con la competitividad?

-Hay varios efectos. Aparecen los cuellos de botella, las dificultades de provisión, de conseguir insumos. Por eso tengo que contar con otra política de stock y tengo que usar unidades de producción menos productivas que el promedio, esto quiere decir que primero utilizo las unidades de producción que más me rinden y después las otras, con esto vemos afectada la competitividad en forma directa. Si no invertimos nos quedamos fuera del mundo en tecnología, diseño. Son todas cuestiones convergentes. Además Argentina tiene un problema de escala. Lo interesante con China, en una visión a mediano plazo, es el tamaño del mercado, ser socios de crecimiento de una economía cuyas exportaciones se triplicaron en cinco años. Pero para eso uno tiene que tener la capacidad de responder a ese crecimiento, no es cuestión de que podamos exportar cinco vasos tenemos que exportar un montón de vasos y tenemos que contar con la capacidad de producir todos los años con calidad.

-¿Qué política de comercio exterior necesita el país?

-Argentina necesita exportar y tiene que jugar en todos los mercados posibles, en cada mercado tiene que negociar sus particularidades y jugar en condiciones diferentes pero siempre bajo un plan estratégico. Debo ser consciente de que si negocio con la Unión Europea esto puede tener implicancias en el marco del acuerdo con China. A veces parece que estas negociaciones son una partida simultanea, pero ojo que uno es el mismo jugador y lo que hago en un tablero afecta al otro. En cada uno se van tomando decisiones que implican asignación de recursos productivos que afectan al de al lado.

Exportar es la clave para Gutiérrez Girault.