Muestra

Fotografía y compromiso cívico

En el Parque España una exposición de 48 fotografias documenta la transformación de la ciudad entre fines del siglo XIX y principios del XX

Luis Priamo

Los hermanos Santiago y Vicente Pusso pertenecieron a un sector progresista e ilustrado de la ciudad de Rosario. Eran parte de una generación que fue protagonista y testigo de un crecimiento y desarrollo urbanos formidables, y alimentaron el entusiasmo por el futuro de su país y su ciudad que fue propio de los espíritus republicanos, liberales y cultos de la época.

La vida pública de ambos fue activa y variada. Tuvieron participación en el ámbito industrial, comercial, docente, político y cívico en general. La práctica de la fotografía amateur, que asumieron desde jóvenes, era parte -si no consecuencia- de esa actitud de compromiso cívico, que fue bastante común entre los aficionados de la época. Así, buena parte del repositorio de ambos hermanos conservado en el Archivo Fotográfico de la Escuela Superior de Museología como Colección Pusso -que totaliza unas 1.700 fotografías en formatos y soportes diversos- documenta numerosas obras y sucesos que testimonian el progreso rosarino de la época.

Además, la colección tiene fotos de Mendoza, Córdoba, Neuquén, Misiones, Patagonia, canales fueguinos, Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile, Valparaíso. Todo esto explica que los Pusso proveyeran las imágenes de tres álbumes fotográficos pioneros editados por J. Ferrazzini, de Rosario: "Recuerdos de la ciudad. Rosario de Santa Fe", de 1894; "Album de Montevideo", de 1895, y "Album de Cosquín y Capilla del Monte", de principios del siglo pasado.

En el Colegio Nacional, a fines del siglo XIX, se formó un núcleo de amateurs -entre los cuales se encontraba, además de los Pusso, el ingeniero español Emilio Soriano- que practicó la fotografía con sentido didáctico y patrimonial. Hay evidencias que reprodujeron en diapositivas, fotos y láminas impresas que luego serían utilizadas para proyectar a los alumnos. Algunas de esas imágenes pertenecían a los primeros álbumes de vistas de Rosario, compuestos en 1866 por George H. Alfeld -que, asimismo, son de los más antiguos editados en el país-. Es claro que querían transmitir a los jóvenes rosarinos la dimensión de los cambios que se estaban produciendo en la ciudad, al paso que les inculcaban el cariño por la conservación y la memoria del pasado común. Para ello encontraban en la fotografía, con un criterio de vanguardia, la herramienta didáctica más elocuente.

En esta muestra se exponen fotos que presentan a la ciudad de Rosario cuando dejaba de ser una pequeña aldea portuaria para convertirse en la gran urbe del siglo XX que conocemos. Vistas generales del casco urbano; la plaza 25 de Mayo y el centro cívico; edificios emblemáticos de una modernidad floreciente y culta: teatros, colegios, ferrocarriles, mercados, bancos, aduana, fábricas, comercios; calles, esquinas y perspectivas del centro, de la zona portuaria y de los alrededores; abundante documentación de la costa, los muelles y embarcaderos del puerto; seguimiento de grandes obras públicas, como la construcción del parque Independencia; celebraciones y actividades en instituciones públicas de todo tipo; episodios civiles y políticos, como la revolución radical de 1893, los aprontes militares frente a un eventual conflicto con Chile, o los mítines, actos eleccionarios y desfiles que movilizaban y reunían a la sociedad rosarina; fiestas y costumbres populares como romerías, carnavales, paseos por los bulevares, tardes de hipódromo, excursiones por el río, baños en el Saladillo. En la mayoría de los casos las fotos expuestas no tienen autoría precisa; cuando esto sucede se las identifica como pertenecientes a ambos hermanos. Si hay certeza de cuál de ellos fue el autor, se lo consigna.

Esta muestra es posible por el espíritu conservacionista y generoso de los descendientes de Santiago y Vicente Pusso, que donaron sus legados familiares, y por la actividad paciente y metódica de los integrantes del Archivo Fotográfico de la Escuela Superior de Museología, quienes años atrás rescataron el grueso de la colección depositada en el Colegio Nacional y ahora conservan todo el conjunto como es debido. Sin su trabajo, apoyado por las autoridades municipales, es muy dudoso que hoy pudiéramos disponer de estas imágenes, que enriquecen el patrimonio histórico rosarino, nos instruyen y deleitan, y fortalecen nuestro sentido de identidad colectiva y continuidad cultural.