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 domingo, 21 de noviembre de 2004  
¿Te acordás, hermano?
Víctor Prott: El half trompetista
Chupete, de Tiro Suizo, jugó en Newell's, San Lorenzo, Tiro Federal y Tigre, fue músico, letrista y hasta guarda un tranvía

Miguel Pisano / La Capital

Nieto de Bernardo, un alemán de Luxemburgo que hablaba y leía en el idioma de su patria, e hijo de Ema y Ambrosio, un pintor de la Empresa Mixta de Tranvías, Víctor Prott nació el 25 de mayo del 31 en Italia y avenida Lucero, pero de pibe sus viejos se mudaron a Hilarión de la Quintana y Corrientes, el centro del futbolero barrio Tiro Suizo. "Hicimos la cancha de Tiro Suizo al lado del polígono. Por Tupungato y Corrientes estaba la cancha de Ben Hur, un club de fútbol que ya no existe, y Tiro Suizo se quedó con esa cancha. Después, hasta Uriburu eran todas quintas", pinta Chupete el barrio en el 40.

El Alemán comenzó a jugar en el club Dorrego, que estaba en la calle homónima entre el pasaje Patria, Tupungato y Moreno: "Jugábamos los torneos de baby en las canchas de básquet y siempre me acuerdo de la final que perdimos contra Sportivo Pasco, el equipo de Pancita Biagioli y Landrú, un insai izquierdo muy bandido, que andaba en un palo fulero y lo amasijaron en Francia". Sportivo Pasco era dirigido por Don Nicola, un rengo que parecía un personaje de un cuento del Gordo Soriano.

"Yo jugaba de delantero porque era grandote y le pegaba fuerte. Me gustaba hacer goles y gambetear, pero no me gustaba que me pegaran porque era muy limpio para jugar. Jamás le pegué una patada, ni peleé con nadie, era un tipo que donde iba me querían", confía el Alemán, que respeta los códigos del siglo pasado.

"Me entusiasmé con esa final contra Pasco y con los torneos Evita, así que empecé a deambular. Había un torneo en el club Social Sud, en Sol Naciente, de Dorrego y Arijón, en Onkel, en Peñarol, que tenía la cancha cerca de la estación Hume, y me iba a jugar. Me veían y me invitaban a un equipo. Después de las canchas eran todas las quintas. Me acuerdo de que nos íbamos en verano a la hora de la siesta a robar frutillas y nos arrastrábamos entre los surcos", rebobina el Alemán.

Chupete estudiaba música en la escuela "La infancia desvalida", de Pasco al 400, y a los 10 años tocaba la trompeta, uno de sus berretines. Luego aprendió el oficio de letrista en el viejo taller del catalán Mirá, en calle San Lorenzo. Y desde pibe corrió detrás de la redonda, aunque su padre quería que hiciera las tres cosas: "De pibe tocaba en la banda de la escuela con los maestros Serafino, Ladaga y Roque Roberti", el tío del homónimo masajista de Central.

El viejo era wing izquierdo y jugaba torneos en Atlantic Sportsmen, que tenía la cancha enfrente de la iglesia del Luján, y en la cancha de las Oblatas. "Me acuerdo de que me llevaba cuando jugaba y me dejaba en el cantero de la avenida San Martín y Arijón. Mi viejo laburaba en la Empresa Mixta de tranvías y me llevó a jugar a Newell's porque era amigo del Alemán Celli y de Cocrane", confía Prott sus comienzos en el parque. Chupete comenzó con el pie derecho en la cuarta especial, una mañana de invierno cuando le ganaron a Central con un gol suyo: "Faltó el wing derecho, que era Pozzi, y el Alemán Celli me puso y me dijo que se conformaba con que hiciera un gol. Enfrente jugaban Bertoldi; Biagioli y Cardozo. Yo agarré un zapatazo y metí un golazo, un día que había una neblina bárbara". Al año siguiente Prott pasó a la primera local y un día vinieron a verlo de San Lorenzo, que quería comprarle el pase a Newell's, en la época en la que la AFA había puesto un tope de 150 mil pesos para los pases de los jugadores, cuando el club pedía 300 mil: "Llegué al Almacén Cardozo, de Italia y Tupungato, y los muchachos de la barra con los que tomábamos un porrón o una Chinchibira, me saludaban porque me iba a Buenos Aires".

Entonces Vicente De la Matta asumió como técnico y jugador de Newell's, que vendió a Benavídez y compró a Focchi, y Prott viajó a firmar en San Lorenzo, acompañado por el padre porque era menor de 22 años, pero un súbito cólico de estómago le impidió jugar y luego el viejo se peleó con los dirigentes del Ciclón porque no lo ponían. Finalmente jugó en San Lorenzo en reserva: "Me acuerdo de un partido en tercera contra Boca, que me tocó marcarlo a Pentrelli, que me escupía y era mañero como Rabanito De Zorzi".

En el año de la colimba, cuando Newell's lo había metido en la lista de jugadores que hicieron el servicio militar en el 11, Bonacci, que era wing derecho, le ofreció ir a jugar a Central: "No, yo soy ñulista. ¿Cómo voy a ir a jugar a Central? Mi viejo era muy amigo de Erlan Ross, un gran dirigente de Central, y fui a practicar un día que me mandé un partidazo. Mi viejo me dijo que podía jugar en el cuadro que quisiera porque estaba haciendo la milicia". Finalmente, en el 52 San Lorenzo no le dio el pase para jugar en Central y los canallas anotaron a Busniek, que era de Saladillo, entonces Prott firmó para Tiro Federal, que estaba en el ascenso, en aquel equipo que formaba con Poy; Montero y Zanazzi; Aníbal García, Villagra y Prott; Montes, Picciccello, Pignaca, Di Mateo y Keisel o Francisco de la Matta, el hermano de Capote, que después jugó en Talleres Puerto Belgrano.

Prott la rompió contra Tigre, donde jugó en el 53 y salió campeón del ascenso, y San Lorenzo le dio el pase y volvió a Newell's, donde jugó en la local del Alemán Celli porque no lo habían anotado en la AFA y jugó de fulbá con Griffa: "El Gringo le pegaba hasta a la madre, y yo no le pegaba a nadie. Y el Alemán Celli me decía: •Vos tenés que pegar, si no pegás no podés jugar'. Hacía de todo: los fines de semana tocaba la trompeta en los bailes y jugaba en la local, antes de entrar a trabajar de guarda y de letrista en el tranvía". l
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Prott vivió entre su pasión por la redonda y la trompeta.

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