| domingo, 21 de noviembre de 2004 | Efemérides Un 21 de noviembre... Guillermo Zinni / La Capital . De 1874: Muere Mariano Fortuny, uno de los dos mejores pintores españoles del siglo XIX Mariano Fortuny murió justo cuando empezaba a pintar como él quería. Falleció en Roma el 21 de noviembre de 1874 víctima posiblemente de la malaria, enfermedad que se le complicó con una dolencia gástrica motivada por su vicio de chupar los pinceles de la acuarela. Tenía 36 años y ya se le consideraba, después de Goya, como el mejor pintor español del siglo XIX. Mariano nació en Reus (Tarragona) el 11 de julio de 1838, en el seno de una modesta familia. Su padre, también llamado Mariano, era propietario de un pequeño taller de carpintería. La epidemia de cólera que asoló Cataluña en la década de 1840 lo dejó huérfano de madre a los once años y fue criado por su abuelo, un hábil ebanista que se ganaba la vida con un pequeño teatro de títeres que paseaba por los pueblos de la comarca. Entre abuelo y nieto hubo una química especial. Fortuny se mostró como un mal escolar, pero sus dibujos entusiasmaron al abuelo, quien lo envió a un taller de arte donde aprendió el manejo del óleo y la acuarela. Luego su abuelo lo llevó a ampliar su formación artística en Barcelona, ciudad a la que llegaron viajando a pie y ganándose la vida como titiriteros. Allí fue protegido del escultor Domingo Tallarn, con quien colaboró en la ejecución de obras religiosas. En 1858 prosiguió sus estudios en Roma, donde admiró la pintura de Rafael, y finalmente completó su formación en París, donde se interesó especialmente por las obras de Eugène Delacroix, ampliando sus conocimientos y dejando atrás definitivamente su período de estudiante. Entre sus obras más importantes se encuentran "La Batalla de Wad Ras" (1860-62), "Familia marroquí" (1862), "Encantador de serpientes" (1863), "La batalla de Tetuán" (1863-64), "Arabe sentado" (1863-67), "Marroquí y mono" (1868), "Calle de Tanger" (1869), "Vendedor de tapices" (1870), "Desnudo en la playa" (1874), etcétera. Sus pinturas, sus acuarelas orientalistas y las escenas de género ambientadas en el siglo XVIII son codiciadas por los grandes coleccionistas europeos y americanos. En 1874, luego de una estancia de pocos meses en la bahía de Nápoles donde realizó algunas de sus mejores obras, se trasladó a Roma, donde murió a los 36 años de edad.
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