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 sábado, 20 de noviembre de 2004  
El titular del Palacio Vasallo asegura que el formato de la Alianza santafesina quedó en el pasado
Miguel Lifschitz: "En las elecciones del 2005 se va a plebiscitar mi gestión municipal"
El intendente se mostró a favor de la reducción del número de concejales. "Hay que respetar la ley", previene

Mauricio Maronna / La Capital

"Rosario no es Belindia", despeja el intendente Miguel Lifschitz, al tanto de que una vez que se apague el último fuego de artificio que despedirá al Congreso de la Lengua Española, se iniciará una carrera electoral que tendrá como punto cúlmine los comicios de octubre del 2005. Belindia es el término acuñado por un economista brasileño, en 1974, que define las sociedades en las cuales un porcentaje minoritario vive como en Bélgica y la gran mayoría como en la India.

El jefe del Palacio de los Leones admite que en las próximas elecciones a concejal se estará plebiscitando su gestión y, de cara a ese test, se propone acuñar una lista de candidatos que apunte más al mérito que al tradicional cursus honorum de la política nativa. Lifschitz, en una entrevista a fondo con La Capital, reconoce que el formato de la Alianza Santafesina quedó en el pasado y toma distancia de lo que algunas lenguas bífidas susurran entre los pasillos del Palacio Municipal respecto a una futura postulación a gobernador.

-¿Rosario vive un romance de primavera o este cambio de ánimo llegó para quedarse?

-Mi obligación es darle sustentabilidad en el tiempo a este proceso de desarrollo y crecimiento de la ciudad. Y, por otro lado, otorgarle sustentabilidad social: que los beneficios del desarrollo económico se trasladen en forma directa o indirecta al conjunto de la ciudad. No podemos olvidar que Rosario fue una ciudad muy castigada durante la década pasada. Tenemos una realidad compleja que llevará muchos años poder superar. Hacen falta políticas muy activas para que todos, y no solamente una parte de la sociedad, puedan subirse arriba del tren.

-¿Rosario es una especie de Belindia?

-No, para nada tomaría ese ejemplo. Hay desigualdad social como en todo el país, pero si existe un centro urbano donde esas diferencias están más atenuadas, con un proceso real de inclusión social, ese es Rosario. Tal vez Buenos Aires y el Gran Buenos Aires ofrezcan contradicciones más violentes en ese sentido, pero Rosario por su idiosincracia y trama productiva y económica, que no está sustentada en los grandes grupos económicos sino en la pequeña y mediana empresa, posee una estructura más democrática que atenúa las distancias entre los sectores más pudientes y los más empobrecidos.

-¿Tiene estadísticas que puedan corroborarlo?

-Se refleja en un dato muy importante, que lo dio el jefe de asesores del Ministerio de Economía de la Nación: si uno compara el ingreso del 10% que más gana con el 10% que menos gana a nivel nacional, entre el año pasado y el presente, descendió de 55 veces a 45 veces. En Buenos aires y Gran Buenos Aires bajó del 48 al 45, en Córdoba y Gran Córdoba del 45 al 43 y en Rosario y Gran Rosario bajó del 45 al 25. Se trata de los parámetros más importantes del país, lo que nos indica que no solamente hay crecimiento económico sino también un proceso lento de redistribución del ingreso. Nosotros tenemos que invertir donde no lo hace el sector privado: en los barrios periféricos. Allí está la mayor parte del presupuesto municipal en obra pública, como pavimento, desagües, espacios públicos barriales. Además, vamos a encarar el 2005 con una iniciativa que tiene que ver con las cloacas. Esto es importante, porque no es competencia del municipio, pero tampoco podemos hacer esperar eternamente a los vecinos en una cuestión tan crucial. El gran desafío de mi administración será producir un fuerte shock de inversión en los sectores más desprotegidos.

-¿La provincia está a la altura de las circunstancias en materia de coparticipación? Deja dudas lo que usted menciona sobre las cloacas.

-En materia de coparticipación hubo un avance significativo del presupuesto 2005 respecto al que está vigente este año. Se reconoció en gran medida el reclamo de las municipalidades. De todas formas quedan pendientes cuestiones centrales.

-¿Por ejemplo?

-La reforma constitucional, necesaria para modernizar las instituciones, e incorporar institutos que tienen otras provincias. Queda por resolver el tema de Aguas Provinciales, que hasta ahora no tiene visos de resolución y para Rosario es crucial.

-Usted planteó que era imprescindible instalar la unicameralidad y generó un revuelo notable aun en fuerzas supuestamente aliadas, como la UCR, que lo criticó duramente.

-No debería haber agresiones personales, todas las posiciones son respetables. El proyecto del socialismo plantea la unicameralidad, que es un mecanismo de representación más dinámico, ágil. Esto en medio de un sistema mixto que le ofrezca cabida a la proporcionalidad representativa de cada uno de los sectores políticos y, por otro lado, se contemple la territorialidad de los departamentos o regiones. Estos mecanismos se usan en el mundo desarrollado, el más conocido es el sistema alemán. Podemos tomar como ejemplo lo que sucedió en Córdoba, donde el gobernador (José Manuel) De la Sota plebiscitó la unicameralidad y ganó. Esto no es para descalificar a los territorios más pequeños, sino para integrar en una única Cámara el funcionamiento legislativo.

-¿Qué opina sobre el pedido de Binner al radicalismo para reeditar la Alianza Santafesina?

-Yo soy un hombre de gobierno, mi carrera política se desarrolló en puestos ejecutivos en el municipio de Rosario: es lo que mejor hago y lo que más me gusta. Mi cabeza está puesta en gestionar. En materia política aspiro a hacer una buena elección que nos permita legitimar la gestión. En forma indirecta, aunque no se elija intendente, estará en juego la opinión de la gente sobre la gestión. Aspiramos a tener un bloque de concejales que permita resolver cuestiones de la ciudad que son dificultosas de encarar cuando uno tiene una bancada minoritaria. Y más en un Concejo fragmentado como el que tenemos hoy. Me gustaría encarar los dos últimos años con una estructura de alianzas más sólida. Voy a sostener y ampliar el criterio de coalición que nos acompañó en las últimas elecciones, y que está reflejado en el gabinete.

-¿Considera agotada la experiencia de la Alianza Santafesina?

-Sí, la Alianza Santafesina está agotada. No solamente por el formato del PS con la UCR y el PDP, sino porque se necesita otro perfil programático. Hay otros sectores políticos y sociales que pueden incorporarse. Tenemos que esperar qué sistema electoral alumbrará en la provincia.

-¿Escuchó hablar sobre un Plan B dentro del Partido Socialista?

-¿Escuchó hablar sobre un Plan B dentro del Partido Socialista?

-Dicen que si Binner se va al Ejecutivo nacional o pierde las elecciones a diputado usted será el candidato a gobernador en el 2007.

-Sinceramente hoy no lo veo como cosa posible ni está en el esquema... El escenario más lógico es que Binner sea candidato a diputado nacional. Y, como creo que va a ganar, sería la figura para gobernador en el 2007.

-Pero en algún momento querrá ser candidato a gobernador.

-Todavía no lo pensé... Estoy concentrado en mi labor como intendente.

-¿Hay internas en el socialismo?

-Hay visiones distintas sobre algunos temas, matices, personalidades diferentes. Pero hasta ahora hemos logrado un nIvel de síntesis.

-Se habla de que Rubén Giustiniani y Binner están en posiciones distintas. ¿Usted de qué lado está?

-Sé que a Rubén y a Hermes los ubican de esa manera, pero no los veo como expresiones de sectores distintos, más allá de que en algún momento hayan tenido discrepancias. Mi apuesta es a consolidar el partido.

-¿En el 2005 se plebiscita su gestión?

-Sí. La lista de concejales que promocionemos y apoyemos será la que exprese a la gestión municipal. Obviamente la cantidad de adhesiones que logren esos candidatos tendrá que ver con la valoración que la gente tenga de la gestión municipal.

-Un sector del peronismo intenta derrumbar la ley que establece la disminución del número de concejales. ¿Cuál es su opinión?

-No se puede jugar con la gente. No hay que modificar las leyes de manera oportunista y de acuerdo al humor de los gobernantes. Me opongo a una modificación que altere las reglas de juego; el tema de fondo es la autonomía municipal. Allí los rosarinos definiremos si queremos 22, 33 o 44 concejales. Pero, hoy por hoy, no se puede manosear a la gente. Rosario debe tener el año próximo 22 concejales, tal como lo establece la ley.

-Teniendo en cuenta que el Concejo tendrá menos ediles, ¿no es hora de cambiar los métodos de selección y apostar al mérito, a las capacidades de las personas en diferentes actividades y no a las internas palaciegas?

-Sí, estoy convencido de que hay que cambiar. Hay que priorizar la integración de las listas con otros criterios. Sería muy importante. Mi aspiración es tener un Concejo Municipal con ediles serios, estudiosos y responsables.
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"Rosario no es Belindia".

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