| sábado, 20 de noviembre de 2004 | Fueron por un camión de caudales y terminaron con un magro botín Tres encapuchados coparon un banco y sólo se llevaron $5 mil de una caja Fue a las 7.30 de ayer. En los pocos minutos que duró el atraco, los hampones mantuvieron amenazado aun jubilado. La gavilla se conducía en un auto robado en Rosario y que después abandonaron en Piñero Ariel Etcheverry / La Capital Tres hampones encapuchados llegaron ayer a la mañana a la tranquila localidad de Alvarez, ubicada a 25 kilómetros al sur de Rosario, con la intención de asaltar un camión de transporte de caudales que supuestamente debía llegar a la sucursal del banco Bisel. Pero algo falló en los cálculos de los delincuentes. Y el policía apostado en la garita de seguridad de la entidad crediticia activó la alarma haciendo caso omiso a que uno de los maleantes tenía encañonado a un jubilado. Así las cosas, la gavilla debió conformarse con juntar el dinero que había en la única caja habilitada hasta ese momento, unos 5 mil pesos, y salieron a la calle llevándose al jubilado como escudo humano. Después subieron al mismo Fiat Duna en el que habían llegado y desaparecieron del pueblo. El auto apareció momentos más tarde en cercanías de Piñero.
El atraco ocurrió a las 7.30, media hora después del horario de apertura al público, en la sucursal ubicada en el bulevar Alvarez al 600. En ese momento, además de los empleados, había en el local unos cinco clientes y sólo una caja habilitada. Los maleantes llegaron en un Fiat Duna color blanco que pararon frente al edificio y tres de ellos, con sus rostros cubiertos con medias de nailon, ingresaron armados con pistolas y revólveres.
El banco cuenta con un sistema de videocámaras y con dos garitas para personal de seguridad. Uno de los ladrones fue hacia una de esas cabinas blindadas y le ordenó al policía que la ocupaba que bajara de su puesto. Otro, en tanto, le colocó el caño de su revólver en la sien al jubilado Cirilo Franqui, de 78 años, quien hacía cola frente a la caja de atención al público. El tercer maleante saltó sobre uno de los mostradores y fue directo hacia la cajera.
"Bajá o lo matamos", le gritó uno de los encapuchados al vigilador mientras amenazaban a Franqui. El jefe de la subcomisaría 3ª de Alvarez, Pablo Insaurralde, señaló a La Capital que el policía apostado en el habitáculo no acató la orden de los delincuentes y activó la alarma que estaba conectada con la seccional, ubicada a unos 400 metros del banco. "La acción del suboficial fue fundamental para abortar el golpe", manifestó Insaurralde.
"Como el policía no bajaba, los delincuentes tuvieron tiempo sólo de juntar el efectivo que había en la caja y huir", consignó el jefe policial, quien agregó que ninguno de los clientes y empleados resultó lastimado.
El que se llevó un susto muy grande fue Franqui, quien fue tomado como escudo humano por los asaltantes para cubrirse durante la retirada. "Entraron atrás mío. Me agarraron de la ropa y me pusieron un revólver en la cabeza, diciendo no se mueva nadie, esto es un asalto. También le gritaron al custodio para que se entregara porque me iban a matar de un tiro", recordó el anciano.
El susto de don Cirilo Cirilo, un jubilado ferroviario que nació en Alvarez, vive a seis cuadras del Bisel. Ayer bien temprano salió en su ciclomotor hacia lo del bioquímico del pueblo para realizarse un análisis de sangre ya que es diabético. Al encontrase con que el laboratorio aún estaba cerrado, decidió llegarse hasta el banco para pagar la luz de su casa. "Tenía 100 pesos nomás, así que mucho no me iban a robar. Pero ni se tomaron el tiempo. Tampoco le robaron a la señora que estaba adelante mío, y que estaba para cobrar la jubilación", rememoró Franqui.
Cirilo estaba sorprendido por la agilidad de uno de los asaltantes. "Saltó sobre el mostrador como un gato y metió la plata de la caja en un bolso. Yo creo que estaban con la cara descubierta, pero la policía me dijo que tenían medias de nailon y que por eso no me di cuenta".
Lo peor para el vecino fue cuando los ladrones se dieron cuenta de que el vigilador había activado la alarma. "Me agarraron del cuello y salieron conmigo como rehén. Después se subieron al auto, me empujaron y se fueron", comentó.
El comisario Insaurralde, por su lado, manifestó que los delincuentes salieron por la ruta provincial S26, única entrada y salida pavimentada del pueblo que también se conecta con Piñero. A la altura del ingreso de esa localidad, la gavilla se desprendió del coche. "Tal vez hayan subido a otro vehículo que les prestaba apoyo. Por eso se rastrilla la zona junto con efectivos de Investigaciones y de la Inspección de Zona 7ª", agregó. El oficial confirmó que el Fiat Duna había sido robado en septiembre pasado en jurisdicción de la seccional 7ª de Rosario. "Tenía colocada otra chapa patente, pero establecimos su procedencia por los números de chasis y motor", completó el jefe policial. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Dentro del banco había cinco clientes. | | |