Hace un balance de su experiencia en "Ser urbano"

Gastón Pauls: "Las historias que cuento me impactan porque me identifico con todos los casos"

El actor del ciclo que emite Telefé destacó que en su vida hay un antes y un después de este intenso programa

Pedro Squillaci / La Capital

Gastón Pauls dejó de ser sólo una carita linda hace mucho tiempo. También está lejos del galancito que se lo conocía por "Montaña Rusa" o por ser pareja de la otra chica bonita Nancy Duplaá. Como si el tiempo se encargara de poner las cosas en el lugar que corresponde, Pauls hizo su propio camino. "En mi vida hay un antes y un después de Ser urbano", afirmó el actor y conductor del ciclo que se convirtió en una suerte de fenómeno de la televisión argentina. Aunque todavía no está decidido si se hará un tercer año del ciclo que se inspiró en la mística de "Del otro lado", de Fabián Polosecki, a Pauls le llegó el momento de hacer un balance de todo lo que vivió a través de esas historias.

El fuerte de Pauls es cómo se para frente a las situaciones. El se involucra de tal manera, que ante un travesti parece un travesti más, ante un drogadicto parece un par y ante un ladrón es lo más parecido a un compañero de celda. "Hay situaciones de las cuales no me puedo desligar. Pero siento que para que se den esos vínculos influyen muchas cosas, y principalmente un equipo de producción que trabaja mucho antes de que yo llegue al lugar. Después sí también depende de la onda que generemos tanto yo como Javier Pérez el director, como los cámaras, el sonido. Tratamos de generar un clima de confianza para que la gente que está hablando conmigo se sienta cómoda", destacó.

Cuando Pauls arrancó en este nuevo rol de entrevistador estaba latente la duda si resultaría el hombre ideal para esa función. Pero, semana a semana, fue ratificando su idoneidad, a caballo de su franqueza, su sentido común y su transparencia. "Más allá de la respuesta del rating que también es muy buena, me parece todavía más importante algo que me pasó con algunos entrevistados con los que hablé, a veces mucho tiempo después de haber hecho las notas para el programa. Me dijeron que se sentían muy orgullosos de lo que había salido al aire -afirmó-, y me parece importante que el verdadero protagonista de la historia, que me esta contando su vida, su dolor, su miseria o su esperanza, sea respetado. Yo siento que eso ocurre y me parece que es como el mejor termómetro de que el programa funcione".

Pero en todos los programas exitosos nunca están ausentes los detractores de turno. Y no faltó quien tildó al programa de bizarro o demasiado marginal. "En realidad lo que pasa es que cuando estás viéndolo, lo bizarro pasa a un segundo plano porque vos estás viendo a personas viviendo muy profundamente lo que hacen, no es que están actuando una situación determinada", desmenuzó Pauls.

Y continuó: "Lo que vemos en la pantalla es lo que esos protagonistas hacen cotidianamente y lo están haciendo delante mío, delante de la cámara y por ende ante 3 millones de personas. Entonces a mí me conmovía también la confianza y la seguridad que tenía esa gente en lo que ellos hacen, ellos hacen eso porque creen en eso, entonces hay un lugar en donde para mí deja de ser bizarro, tiene tanto poder su fe en lo que hacen que lo convierten en algo de mucho poder".

El sexo siempre vende. Lo saben los productores de cualquier canal, y "Ser urbano" muestra mucho más de lo que habitualmente se ve en la tele. Sin embargo, para Pauls lo más importante del ciclo no pasa por el sexo: "Creo que los programas más recordados no son los de sexo, y esto lo digo por lo que me dice la gente la calle. Por ejemplo, un programa que hubo en Córdoba sobre una zona realmente de pobreza extrema, con una persona que se llama el "negro" Toby que hacía una colecta y repartía cosas en la zona, realmente fue un programa que de sexo no tenía nada. Creo que lo que más pegó fue cuando se abordaban temáticas de connotación social mas que sexual".

Para Pauls la emoción es el motor que mueve el ciclo. Al menos eso es lo que explica que cada envío sea distinto. "A mí me pasa una cosa que yo agradezco. Yo soy actor y actúo cuando tengo un guión. En este programa no tengo un guión de emociones nadie me dice "bueno, acá llora o acá reíte", me va pasando lo que voy sintiendo y voy expresando lo que voy sintiendo. En muchas de las historias quedé sumamente impactado, conmovido. Me siento totalmente identificado con la persona con la que que estoy hablando porque siento, que aunque sea una persona que hoy esta viviendo en la calle, pienso "mañana puedo ser yo". En mi vida hay un antes y un después de "Ser urbano". Eso no tengo dudas", se sinceró.

A la hora de buscar referentes, Gastón Pauls jamás olvida el espejo que le significó Fabián Polosecki. Aquel mentor de estas historias, que en su momento sorprendieron como algo marginal, y mostrando cosas que nadie reflejaba en la tele: "Yo siento que tomé lo más fuerte y lo más impactante que tenía Polosecki, a mí me impactó mucho lo que él hacia hace muchos años y era el único programa que yo respetaba en la televisión. Siento que sí tome muchas cosas de lo que él hacía y lo digo con orgullo. En ningún momento siento que esté afanando algo, siento que lo tomo como un aprendizaje, como alguien que me transmitió muchas cosas y hoy estoy de alguna manera influenciado por lo que él hacía".

El rating, esa figura amenazante que a veces mete miedo, nunca le fue esquivo a "Ser urbano". Es más, siempre superó los 25 puntos y se colocó entre los cinco programas más vistos de la tele. "Generalmente me llaman los productores muy contentos después de cada programa, y otras pregunto yo para ver cómo repercutió algún tema específico en el gusto de la gente", destacó Pauls.

A su manera, con la mirada puesta en las entrañas de las problemáticas que aborda, Gastón Pauls redondeó un balance más que positivo sobre su paso por el ciclo. Pero nada está cerrado. Siempre queda alguna historia que contar a la vuelta de la esquina.

"Es importante que se respete al verdadero protagonista de la historia", dijo el actor.