Más de 37 mil chicos no asisten a la escuela en la provincia de Santa Fe

La escolarización de los adolescentes entre 13 y 17 años y la política de Estadoque reclama su atención

Carlos Raúl Cantero (*)

En la provincia de Santa Fe, los niños comprendidos entre los 6 y 11 años, en un 86 % cursan los dos primeros ciclos de la EGB, es decir que su escolaridad se desarrolla de acuerdo a la edad. El resto tiene dificultades, pero la gran mayoría se mantiene en la escuela, tal como lo refleja en el año 2000 la tasa bruta de escolaridad en EGB 1 y 2, que es de 113,2% es decir que la matrícula de estos dos ciclos supera en un 13,2 % a la población de 6 a 11 años.

En cambio, entre los 13 y 17 años las cifras de abandono son muy elevadas: el 40 % no termina la escuela secundaria y sólo el 35 % lo hace en la edad correspondiente.

A nivel nacional se observa el mismo fenómeno: "La gran mayoría de los niños de hasta los 12 años asiste a la escuela. Pero, a partir de los 13 años comienza un desprendimiento de estos jóvenes del sistema educativo. A esa edad •se inicia el proceso de creciente retirada', donde uno de cada tres jóvenes abandona sus estudios", señala un estudio del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (Iipe).

Al mismo tiempo se observa que en los últimos años se produjo una ampliación significativa de la escolarización. Así lo consigna Feijoo (2003), en el citado estudio: "La tasa de cobertura que podría apreciarse en el año 1995 para el sector de 13 a 15 años en un nivel socioeconómico alto (que se aproximaba al 85,5%) era la que tenían los más pobres 5 años después.

En la información producida por el Censo Nacional de Población y Vivienda del año 1991, se observa que la población entre los 13 y 17 años de la provincia de Santa Fe que no asistía a la escuela era de 63.291 personas, lo que representaba el 25,5% del total.

En el año 2001, la población de 13 a 17 años de la provincia de Santa Fe que no asiste a la escuela, que es por lo tanto destinataria de las políticas de universalización del nivel medio asciende a: 37.665 personas, que representan un 14,08 % del total de los adolescentes del mismo rango etáreo.

Un 56,26 %, o sea 21.195 de ellos son varones y 43,74 %, 16.472 son mujeres. Entre 1991 y 2001 la población no escolarizada descendió del 25,5 % al 14,08.La diferencia entre los que no asistían en 1991 y el 2001 es de 26.626, cifra que refleja la cantidad de adolescentes que en esos años se incorporaron o reincorporaron a la escuela media, y permite concluir que es posible lograr el objetivo de la universalización en los próximos años.

La explicación de la significativa expansión de la matrícula del nivel medio, se puede atribuir a una tendencia generalizada, verificable casi en todos las sociedades modernas, a las crecientes exigencias del mercado de trabajo, y en la provincia de Santa Fe a la implementación del tercer ciclo de la EGB, que permitió incorporar y reincorporar una gran cantidad de adolescentes que no habían iniciado sus estudios secundarios, o los habían abandonado, pertenecientes a los sectores más pobres, que tradicionalmente estaban excluidos del nivel.

Como ejemplos se puede citar, que en las zonas rurales en el año 1997 la matrícula de 6º año de la EGB era de 2.606 alumnos y en 1998 hubo 3.778 en 7º, es decir que se incorporaron o reincorporaron 1.172 adolescentes que ya no asistían a la escuela; y el mismo fenómeno se produjo en 1999 ya que al implementar el 8º año en toda la provincia, el crecimiento de la matrícula que rondaba los 800 por año pasó a 8.041.

Por otra parte, transcurridos cinco años de la incorporación de la figura del profesor tutor en los octavos años, ampliada posteriormente a los novenos, se verifica que ha sido beneficiosa para el sistema educativo provincial por su contribución a la escolarización de los adolescentes.

Los avances en la expansión de la escolaridad del nivel medio deben profundizarse, puesto que todavía se aprecian fuertes déficit en materia de culminación efectiva del nivel, tanto en el país como en la provincia de Santa Fe, sólo el 45 % de los jóvenes de 18 a 24 años completó el nivel.

Por otra parte, la escolarización varía fuertemente según el nivel de ingresos de las familias: "Mientras que en el quintil más pobre de ingresos casi un tercio de los adolescentes (30 %) están desescolarizados, sólo el 3 totalidad de los adolescentes que pertenecen hogares del nivel alto están escolarizados, en tanto que entre los del nivel más bajo un tercio abandona", se cita en el mismo estudio del Iipe.


Política de Estado
La implementación efectiva de una política de escolarización universal del nivel medio podría aplicarse conforme a un esquema gradual de cinco años, con lo que los incrementos presupuestarios quedarían distribuidos en esos plazos y el financiamiento se tornaría más viable.

La universalización de la escolaridad de los adolescentes es una de las líneas estratégicas de la educación que en la actualidad requiere convertirse en política de Estado para la provincia de Santa Fe. Es el único camino para movilizar las energías y recursos en una misma dirección, sostener las decisiones en el tiempo, con la conducción del gobierno y la participación de todos los sectores políticos, los legisladores, los gremios, las cooperadoras y asociaciones de padres, los municipios y comunas, las ONGs, la iglesia católica y todas las expresiones religiosas, los empresarios, las vecinales, los clubes, etcétera.

Es indispensable que la provincia cuente con una oferta suficiente y adecuada para la escolarización de la totalidad de la población de 13 a 17 años que en la actualidad no asiste, pero no es suficiente para que ellos decidan volver a la escuela.

A los educadores y responsables de la gestión del sistema les espera una ardua tarea para atraer a estos jóvenes que no tendrán posibilidades de éxito sino cuentan con el decidido compromiso del conjunto de la sociedad. Es necesario que la propuesta académica esté integrada con la formación laboral que a los adolescentes les permita desarrollar emprendimientos productivos, con espacios de acompañamiento del estudio, con la práctica de los deportes y otras actividades en las que el tiempo libre sea ocasión de crecimiento e integración.

Con frecuencia el reingreso de sectores que históricamente habían sido excluidos de la enseñanza media, planteó el dilema entre cobertura y calidad, según el cual si se decide la escolarización universal inexorablemente se estará resintiendo la calidad, y si se opta por mejorar los resultados de aprendizaje, éste no será para todos. La resignación implicada en el dilema es inaceptable para quien tenga convicciones centradas en la igualdad de oportunidades educativas.

Por ello, la inclusión con calidad ha de ser el objetivo y el contenido de una adecuada política de Estado en materia de educación de adolescentes. Para conseguir esta meta se requerirán equipos técnicos capacitados en evaluación de la calidad educativa que acompañen y brinden asistencia técnica a las instituciones.

Al respecto el pedagogo Emilio Tenti Fanfani afirma: "Para hacer efectivo el derecho a la educación hay que ir más allá de la escolarización. Lo que vale efectivamente, tanto en términos de desarrollo de las personas como de la sociedad es el conocimiento efectivamente incorporado en las personas y no los certificados de estudio o los títulos alcanzados. Si no existe una decisión colectiva explícita que se traduzca en una política sostenida (con sus correspondientes recursos políticos, económicos, tecnológicos, etcétera.) no será posible construir una sociedad más justa, es decir una sociedad que garantice una efectiva igualdad de oportunidades en materia de apropiación de valores sociales estratégicos, como el conocimiento y la cultura en general. Cualquier forma de laissez-faire en este sentido no puede más que reforzar la tendencia •natural' a reproducir en forma ampliada las profundas desigualdades actualmente existentes".

(*) Decano de la Facultad de Humanidades

de la Universidad Católica de Santa Fe.