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 miércoles, 17 de noviembre de 2004  
Beneficios de la leche materna
Evidencias científicas respaldas la práctica ancestral del amamantamiento

"Muchas de las enfermedades que afectan a los niños mayores de un año tienen que ver con carencias de micronutrientes, malnutrición y retraso en el neurodesarrollo durante las primeras etapas de vida. Está demostrado que se encuentran íntimamente relacionadas con la lactancia materna", afirmó la pediatra Mónica Waisman, jefa de Protección de la Salud de la maternidad Sardá de Buenos Aires. La presidenta de la subcomisión de lactancia materna de la Sociedad Argentina de Pediatría y consultora internacional en el tema estuvo en Rosario invitada por la Maternidad Martin. En diálogo con La Capital Waisman aseguró que "la lactancia materna no sólo beneficia al bebé, sino también a la mamá".

La Organización Mundial de la Salud estudia actualmente la vinculación de la lactancia materna con todos los índices de la morbimortalidad en menores de 5 años. "El alimento óptimo para el recién nacido humano es la leche humana", subrayó Waisman, quien apoya su afirmación en múltiples trabajos científicos.

Waisman explicó que en las poblaciones urbanas la práctica de la lactancia natural está en franco decaimiento como pauta habitual de crianza. Frente a esto la industria presiona con ofertas de alimentos que no dejan de ser leches de animales modificadas. "La leche materna viene únicamente en el pecho de la mujer", sonrió.

Frente a esta tendencia mundial se manifiesta una fuerte toma de conciencia por parte de los organismos internacionales y de los equipos de salud que apuntan a revalorizar la lactancia materna. "El amamantamiento carece de sponsors, pero sin embargo demostró ser una práctica que a lo largo de millones de años ofrece una garantía para la supervivencia de la especie", dijo Waisman.

Desde el punto de vista del aporte energético, el niño amamantado aprovecha 10 veces más el hierro que cualquier medicamento o leche de vaca enriquecida que se le suministre, porque entre otras cosas la leche materna posee este mineral de forma tal que el bebé está mejor preparado para asimilar.

Otro de los aportes fundamentales de la leche materna es la transferencia inmunológica. El bebé al nacer posee pocas defensas contra las infecciones. Con su leche la mamá le brinda toda su experiencia inmunológica a través de los anticuerpos (células que tienen como objetivo "comer" a las bacterias presentes en el organismo del niño y que al mismo tiempo maduran los mecanismos de defensa del bebé). Esto hace que el bebé amamantado responda mejor a las vacunas, y si se enferma, los episodios sean más breves.

Recientemente se ha descubierto también que la leche humana favorece el neurodesarrollo. Algunos de sus componentes tienen que ver con ácidos grasos, moléculas complejas que son fundamentales para la mielinización del sistema nervioso. Esto permite que las fibras nerviosas maduren en los primeros dos años de vida. Un niño que recibió leche materna, aunque se lo evalúe ocho años después, está demostrado que tiene mejor coeficiente intelectual, puntajes más altos en los test de inteligencia y mejor agudeza visual que los que no han sido amamantados.


Exclusiva por seis meses
La "regla de oro" de la OMS es "lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y lactancia materna continuada dos años o más". Esto significa que durante ese período lo deseable es que el niño reciba únicamente leche materna, sin el agregado de juguitos, ni postrecitos innecesarios que pueden actuar como potenciales contaminadores. Para lograr esta meta se recomiendan técnicas de extracción y conservación de la leche materna para que el bebé pueda recibirla aún en ausencia de La especialista aclaró que "aunque la madre esté mal alimentada igual puede producir leche, que será de buena calidad".

La mayoría de las mujeres dejan de amamantar por falta de información y falta de confianza ("mi leche no es buena, la de tarro es mejor").

La lactancia es una práctica saludable para ambos. A la madre le ayuda a perder menos hierro en el pospartos, espacia los embarazos y disminuye el riesgo de cáncer genital. Mientras que el bebé se beneficia por la protección inmunológica, la cercanía de la mamá y la calidad de nutrición que le proporciona este alimento.
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