| martes, 16 de noviembre de 2004 | Un ciclo histórico del hockey La realización del XII Champions Trophy en las instalaciones del Jockey Club de Rosario ha dejado algunas conclusiones para el hockey argentino y el deporte en general que, por su trascendencia, no se pueden soslayar. Se trata en primer lugar de la finalización de un ciclo protagonizado por un equipo técnico, liderado por Sergio Vigil, y una generación de jugadoras que quedarán definitivamente en la historia. Es que, como se ha dicho reiteradamente, diez años atrás nadie imaginaba que este deporte, que sólo era seguido en los clubes por una franja reducida, se convertiría como consecuencia de sus logros internacionales en un juego de enorme convocatoria popular.
Hay en este fenómeno componentes que pueden ser aleatorios, como el hecho de que hayan coincidido algunos talentos con un equipo de personas que se toman los desafíos colectivos con la misma responsabilidad con que sobrellevan otras cuestiones individuales. Se señala esto porque se trata de un deporte no profesionalizado, donde cada uno debe poner mucho tiempo extra y esfuerzo para alcanzar objetivos. Sería impensable en el fútbol o en el básquet exigir títulos internacionales si los deportistas no tuvieran contratos económicos para dedicarse full time a esa actividad. Sin embargo, desde el amateurismo el hockey lo hizo. De ahí la magnitud de los logros, su carácter épico.
En este ciclo hay, fundamentalmente, argumentos de profunda racionalidad deportiva, acompañados por una conducta consecuente de todos sus integrantes y una pasión por lo que hacen pocas veces vista. Y es eso lo que contagia, emociona y moviliza a la gente, colmando las tribunas o sentándose a mirar los encuentros por tevé. No se trata de algo nuevo, ya se ha visto en otras expresiones deportivas y sociales, sino de la aplicación de esos viejos principios en un ámbito donde nunca había ocurrido: estudio, honestidad, solidaridad, entrega, alegría y juego limpio.
Con la partida del equipo técnico y el alejamiento de algunas de sus jugadoras, seguramente se iniciará un período de transición, pero quien tenga la responsabilidad de presidir la nueva etapa sabe que cuenta con una enorme plataforma construida desde donde podrá plantearse alcanzar aquellos títulos que quedaron en el camino. Hoy miles de jóvenes se han volcado a la práctica del hockey en todo el país y las posibilidades de esponsorización se han multiplicado, habida cuenta de que Argentina se ha instalado como una de las potencias mundiales.
Finaliza un ciclo de prestigio para el deporte argentino. Merece ser reconocido, analizado y tomado como un ejemplo sobre lo que se debe ser y hacer. enviar nota por e-mail | | |