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 domingo, 14 de noviembre de 2004  
Luz en la ocuridad
El mantenimiento del alumbrado está dividido en tres zonas, concesionadas a empresas distintas

El servicio de mantenimiento lumínico de la ciudad de Rosario está dividido en tres zonas y cada una de ellas está concesionada a diferentes empresas. Adrián Leiva es oriundo de Santa Fe, está casado y tiene 38 años. Hace siete años que trabaja para la empresa VFM SA y es técnico electricista, pero desde hace un año es el encargado de controlar y ayudar a las cuadrillas. El área en la que su empresa se desempeña comprende gran parte de la zona sur de la ciudad.

La noche está en pleno apogeo y Adrián Leiva llega manejando una camioneta con la inscripción de la empresa a la oficina de calle Uriburu al 400, donde funciona la base de operaciones. Revisa unas planillas, intercambia unas breves palabras con el operador de turno y vuelve a subirse a la camioneta.

Con una mano Leiva domina el volante y con la otra habla a través de un handy con los trabajadores de la cuadrilla a la que está supervisando esa noche. "Nosotros hacemos el mantenimiento de toda la luminaria de nuestra zona, es decir, que tenemos que tratar de que todas las lámparas que abarca nuestro radio estén prendidas", dice mientras se detiene en un semáforo en rojo.

Todas las lámparas tienen un tablero, algunos están en los postes y hay otros que son de pie. "En las avenidas, como normalmente las columnas tienen alimentación subterránea, los tableros están ubicados en las esquinas", informa Leiva y también cuenta cómo es el mecanismo para detectar las zonas de cortes de luz.

"Tenemos teléfonos de reclamos para el vecino. Ellos son los que se encargan de avisarnos sobre las lámparas que están quemadas o apagadas. Además también está la inspección municipal que recorre las calles y nosotros que andamos durante la noche vamos viendo cuáles son las lámparas con desperfectos y se las pasamos a nuestras cuadrillas". En cada cuadrilla trabajan dos personas, un chofer y un electricista, "pero no solamente el chofer es chofer sino que colabora con el electricista en todo lo que se pueda", aclara Adrián Leiva.

También este trabajo se realiza las 24 horas con horarios rotativos para el personal. El handy prácticamente no le da respiro pero Leiva se las arregla para especificar que siente cuando le toca trabajar durante la noche. "A mí no me molesta, me parece que de noche se trabaja más tranquilo y mejor", dice Leiva.

Sin embargo, "a veces se complica un poco porque tenemos que entrar a barrios difíciles y hemos sufrido algunos robos. Nuestro trabajo es constante y nuestra pelea es contra las tormentas y no tanto contra la inseguridad. Los sectores apagados son nuestra prioridad, es decir, cuando un barrio o una zona se queda a oscuras dejamos de hacer las lámparas puntuales y vamos a esos lugares. Es un lindo trabajo porque tenemos la responsabilidad de mantener la ciudad iluminada".
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"Este es un lindo trabajo", dice Adrián Leiva.

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