Un banco genético para luchar contra la extinción de especies

Como el que hace miles de años confinó a Noé durante 40 días y 40 noches, un nuevo diluvio amenaza extinguir todas las especies del planeta. Emulando al patriarca bíblico, un grupo de argentinos ha comenzado a construir una nueva arca, ya no de madera sino de material genético. El proyecto Arca (Asistencia a la Reproducción y Conservación Animal) creado por biólogos, veterinarios y especialistas del Zoológico de Buenos Aires nació en 1996.

"El programa utiliza una imagen bíblica que remonta al arca de Noé. Hoy estamos viviendo un nuevo diluvio universal, pero el problema no es el agua sino la extinción masiva de las especies", explicó el biólogo Luis Jácome, gerente técnico del zoológico porteño y director del programa. "Ahora la solución no está en un arca sino en un banco de recursos genéticos de especies silvestres", agregó.

Arca es el único programa de Latinoamérica dedicado a la crioconservación (conservación en frío) de muestras de material reproductivo animal, en su mayoría perteneciente a especies en peligro de extinción, y al desarrollo de técnicas de fertilización asistida que permitan su reproducción en forma artificial.

El banco genético incluye muestras de esperma y ovocitos de 42 animales, entre ellos venado de las pampas, mono caí, yaguareté (felino grande), pudú (ciervo diminuto), gato montés, tigre y oso polar.

El proceso de obtención y conservación de las muestras requiere gran esfuerzo: sólo la clasificación del material lleva un día de trabajo. "Cuando un animal muere su material genético se puede recuperar. En el caso de los machos, hasta 72 horas después de muertos se puede extraer material espermático viable", explicó Adrián Sestelo, jefe del laboratorio de crioconservación de Arca.

En 2003 Arca consiguió por primera vez fecundar en forma artificial un muflón, de origen europeo considerado antecesor de la actual oveja, con semen que había estado congelado durante dos años, y se obtuvieron tres nacimientos. (AP)

Andrea Pécora y Flavia Stella trabajan con material genético del proyecto Arca.