Los estrenos bajo la lupa de Escenario

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"Fragmentos de Abril": La odiosa armonía familiar
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Katie Holmes, Derek Luke, John Gallagher y Oliver Platt. Dirección: Peter Hedges. Duración: 81 minutos. Género: comedia dramática. Sala: Village.

"Fragmentos de Abril" no responde taxativamente a la industria de Hollywood. El filme es parte de ese bloque de películas que de vez en cuando desembarcan en Argentina para mostrar el producto de un cine que intenta ser independiente. La propuesta se ubica en la vereda opuesta a los filmes que explotan el nicho del mercado de adolescentes y familias en crisis. Más cerca de la mirada extrañada de filmes como "Nedie me quiere", de la alemana Doris Dorrie, la película de Peter Hedger se ajusta a mostrar un drama suburbano de clase media, pero con aristas incisivas como para diferenciarse del resto. "Fragmentos de Abril" se estructura en torno a la comida de Acción de Gracias, una tradicional celebración familiar en Estados Unidos. April, la protagonista, tiene una relación difícil con su familia, pero cumple con la costumbre y los invita a su departamento. La reunión sirve para mostrar las relaciones disfuncionales, sobre todo entre madre e hija y da una idea de la forma en que se puede acabar con ellas o recomponerlas.


La mala educación": La historia del impostor
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Gael García Bernal, Fele Martínez y Francisco Boira. Género: comedia dramática. Duración: 120 minutos. Dirección: Pedro Almodóvar. Salas: Del Siglo y Monumental.

Como una clásica historia de intrigas y pasiones prohibidas que comienza en un colegio religioso de varones y sigue en el ámbito del cine —con la nada original propuesta de la película adentro de la película—, “La mala educación” traza un juego entre pasado y presente de un cuarteto de personajes profundamente almodovarianos (el mundo gay, los abusos en la niñez, los curas, sensualidad, la traición, la pasión, el deseo, el travestismo). La mirada hacia atrás fluctúa entre el tono testimonial (el abuso sexual a niños en una escuela religiosa) y la mirada nostálgica sobre el primer amor entre dos chicos. El guión al comienzo parece atrapante, con el ingrediente de la intriga acerca del giro de las identidades y las perversiones de un colegio de curas, pero en el momento clave de cerrar historias faltó ingenio, y el filme, entonces, pierde consistencia y sorpresa. Impactante actuación del mexicano Gael García Bernal. Es creíble en todos sus roles: travesti, impostor y gay.


"Resident Evil 2: Apocalipsis": Pura acción de videojuego
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Milla Jovovich, Sienna Guillory y Oded Fehr. Dirección: Alexander Witt. Género: ciencia ficción. Duración: 94 minutos. Salas: Monumental y Village.

Curiosa secuela de un primer filme que fue directo al video, “Resident Evil 2” plantea con más acción y aventuras que terror las andanzas de Alice, una joven víctima de un experimento que le otorga superpoderes. Junto a un grupo de esforzados héroes, la joven debe hallar, en una ciudad devastada por un virus creado por una corporación que todo lo domina, a la hija del creador de esta peste que revive a los muertos para convertirlos en asesinos caníbales. Efectos especiales al por mayor para mostrar espectaculares persecuciones y logrados climas de suspenso le otorgan al filme un ritmo apropiado. Milla Jovovich se remite a cumplir del mejor modo posible su rol de heroína, y más no puede hacer ante una trama que la sepulta en un aluvión de escenas de pura acción, en las que el espacio para la actuación es mínimo. Los amantes del género están ante una propuesta que no defrauda y que no deja puertas sino gigantescos portones abiertos a una posible “Resident Evil 3”.


"Lejos del mundo": La intimidad a la distancia
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Emmanuelle Béart y Grégoire Leprince-Ringuet. Dirección: André Téchiné. Género: drama. Duración: 95 minutos. Sala: Village.

“Lejos del mundo” pertenece a ese tipo de películas que se construyen claramente a partir de sus personajes. El truco del director André Téchiné (“Las hermanas Brontë”) consiste en echar luz sobre la simpleza de la trama y su formal lenguaje cinematográfico y al mismo tiempo oscurecer los personajes hasta convertirlos en el único y excluyente sujeto de la narración. El escenario de la Francia de los años 40, ocupada por los nazis, es la excusa para mostrar la relación entre Odile, una viuda que huye de la guerra con sus dos hijos, e Yvan, un adolescente que los ayuda a sobrevivir en el camino, en medio de los bombardeos. Téchiné logra captar la raíz de sus personajes en pequeños diálogos y gestos, y sobre todo transmite con maestría el clima de enajenación y sugerente temor que rodea a los protagonistas en ese momento de sus vidas. Pero este andar es lento, y el director siempre parece esperar que la mirada del espectador resuelva el nudo emocional de los personajes.