| sábado, 13 de noviembre de 2004 | Córdoba recién atacó al final y cayó con Tigre Miguel Pisano / La Capital Córdoba recién se acordó de atacar con decisión en el complemento, cuando perdía 2 a 0 desde el primero, como esos viejos boxeadores que recién se animan a salir a buscar la pelea en el último round y buscan empardar con un golpe de nocaut una lucha desfavorable en su desarrollo.
Apenas faltaban seis minutos para el final cuando el Tata Acoglanis metió una buena pelota para la entrada de Farré por la derecha, quien ganó de cabeza y habilitó bien a Conocchiari, que definió de pique y clavó el descuento en el segundo palo.
Claro que antes de las últimas imágenes del anunciado naufragio charrúa hubo un primer tiempo en el que se repartieron la pelota pero que perteneció abrumadoramente al puntero Tigre, en definitiva el equipo que jugó mejor, tejió las llegadas más claras y definió un par de ellas.
Los unos y los otros En realidad, hubieron tamañas diferencias entre el planteo de ambos que Tigre soltó alternadamente a todos sus volantes a posiciones ofensivas desde el comienzo y así llegó al primero a los 21' por el peso de su juego: centro pasado de Torres desde la izquierda, devolución de cabeza de Luna desde la derecha, pecho del 10 y figura Gustavo Sever y una precisa volea de derecha al segundo palo, para acercar el resultado al desarrollo.
Quizá la historia del partido hubiera cambiado a los 5' si Wilson Paredes no tiraba una masita de zurda a las manos de Campestrini, pero apenas fue una llegada charrúa contra una serie del visitante, que pareció más local que nunca, tanto por su gente como por la autoridad de su juego.
Y así Tigre llegó merecidamente al segundo a los 37', cuando Torres dejó solo a Heber Arriola por la izquierda, quien definió bien con un zurdazo cruzado, con el que aseguró la victoria.
Córdoba recién volvió a llegar en el epílogo con un cabezazo de Armani apenas desviado, en una jugada que pintó de cuerpo entero su carencia de ideas ofensivas y desnudó su único recurso ofensivo del olvidable comienzo.
Domizi intentó un cambio ofensivo al sacar al experimentado Santa Cruz y apostar por la velocidad del pibe Avila puesto a jugar de 4, aunque recién consiguió tener más la pelota y atacar desde los 15' con el ingreso del Tata Acoglanis. La otra parte de la historia consistió en que Tigre le bajó anticipadamente la persiana al partido, al punto que recién llegó a los 64', cuando Ozafrán le tapó muy bien el tercero a Sever.
Así llegó Córdoba al descuento, en una corajeada propia de los Matadores, con estos pibes y no tanto que cuando se decidieron a atacar en el final hasta hicieron ilusionar a sus hinchas con la utopía del empate, que no llegó ni siquiera en el último centro. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Matías Giménez forcejea ante la marca del contricante. | | |