Una invasión juvenil dominó la escena en apertura del torneo Rosario.- Miles de niñas y adolescentes coparon hoy las instalaciones del coqueto Jockey Club, que agotó todas las localidades disponibles para la apertura del Champions Trophy 2004 de hockey sobre césped femenino, que por primera vez se disputa en esta ciudad.
En una jornada de sol radiante, las admiradoras de Las Leonas monopolizaron el protagonismo en el inmenso predio que rodea al campo de juego y que se ubica en un exclusivo lugar de Fisherton.
La apertura del Champions Trophy tuvo una estética distinguida, similar a las tradicionales citas de polo, con una puesta en escena fuera de la cancha que concitó mayor atención a lo sucedido puntualmente en la carpeta de césped sintéticos.
Detrás de las estructuras tubulares levantadas como populares y plateas para 6 mil personas, se extendió un giganteso paseo con atracciones de diverso tipo.
La cadena televisiva ESPN, promotora de la fiesta, armó un mini campo para el desarrollo del partidos de hockey infantil, animados con música y coordinados por jóvenes que oficiaban de árbitros.
Muy cerca de allí, dos reconocidas marcas de gaseosas y cervezas ofrecían gratuitamente bebidas para sobrellevar el calor de una hermosa tarde asociada a la fiesta.
Empresas de telefonía, cadenas internacionales de hoteles y marcas de automóviles tampoco quedaron al margen al momento de organizar juegos vinculados con el hockey, cuya explosión en la ciudad aumentó a partir del crecimiento de dos figuras nativas del seleccionado argentino: Luciana Aymar y Ayelén Stepnik.
Mientras se desarrollaban los partidos previos al debut argentino, centenares de adolescentes, todas con anteojos de sol y musculosas, aprovechaban para dorarse y escuchar música tecno.
Mezcladas entre ellas, un ejército de promotoras ofrecían cuanto producto auspiciara el torneo; mientras otro sector del público aprovechaba para consumir en alguna de las cuatro carpas montadas en el patio de comidas.
En ocasiones, el murmullo del clima festival del hockey era interrumpido por el sonido fino del pito de los jueces que arbitraban los cotejos previos.
Hasta el debut de Las Leonas pocos se interesaron por lo que hacían Holanda, China, Australia o Alemania en la cancha. Acaso el glamour de los alrededores les resultó tan o más atractivo que el juego en sí. (Télam)
enviar nota por e-mail |