| miércoles, 03 de noviembre de 2004 | Pujos y contracciones "Si bien el parto es una de las experiencias más gratificantes en la vida de una madre, el dolor que trae aparejado puede transformarlo en un evento desapacible y digno de ser olvidado rápidamente", dijo el anestesiólogo Luis Valenzuela.
Según explicó el especialista, durante la primera etapa se genera a causa de la dilatación del cuello uterino y a que la circulación de sangre por el útero durante la contracción es mínima, con acumulación en las fibras musculares de sustancias que irritan los receptores nerviosos del dolor.
Durante la segunda etapa el sufrimiento se origina en el periné (los tejidos que forman el piso de la pelvis) por estiramiento del mismo por el paso de la cabeza del bebé (o de la cola en el parto de nalgas).
El trabajo de parto consta de tres períodos:
* Dilatación: en esta fase el cuello de útero se borra y se dilata hasta completar 9, 10 centímetros.
* Expulsión: por efecto de las contracciones y de los "pujos" de la madre el feto es impulsado por el canal del parto (vagina) hasta finalizar con el nacimiento.
* Alumbramiento: se desprende la placenta y las membranas y se expulsan unos minutos después del nacimiento.
Lo habitual es que el trabajo de parto dure en promedio alrededor de 8 horas en las primíparas, y entre 5 y 6 horas en las multíparas. Cuando ya ha comenzado el trabajo, las contracciones adquieren un ritmo regular y una duración más prolongada (van de 1 cada 10 minutos hasta 18 en 1 hora).
A medida que el parto progresa y hasta alcanzar una dilatación de 10 centímetros, junto con las contracciones y los pujos maternos se produce la salida del bebé por la vagina. Durante esta fase las contracciones pueden superar el número de 3 en 10 minutos, con una duración mayor a los 40 segundos y de intensidad dolorosa para muchas mujeres.
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