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 domingo, 31 de octubre de 2004

Raptan y atacan brutalmente a un automovilista en España y Biedma
Odisea de un hombre que cayó en la trampa de tres delincuentes
Lo obligaron a detener la marcha, se subieron alauto y le robaron. El se tiró del auto en movimiento

César Serravalle agradece a Dios que cuando tres delincuentes lo sorprendieron ayer a la madrugada, al regresar de un casamiento, su mujer y sus dos hijos no hayan estado junto a él. El trío le tendió una emboscada en España y Biedma y lo abordó en su coche. Lo que sobrevino después fue un periplo breve, pero de terror, por algunas calles del barrio en el que además le propinaron una feroz paliza, le robaron los zapatos y la billetera. Zafó cuando pudo abrir una puerta del auto y se arrojó al pavimento con el auto en marcha. Entonces, los delincuentes huyeron con el rodado, pero dos de ellos fueron capturados poco después y el coche, recuperado.

Serravalle tiene 30 años y trabaja en un geriátrico. Todavía aturdido por los golpes que le aplicaron y por la falta de descanso, este padre de familia contó la odisea que vivió cuando regresaba de una fiesta de casamiento. "Mi mujer con los dos chicos se volvieron a casa un rato antes y yo me quedé hasta el final. Por eso estaba solo, sino no se qué hubiera pasado", contó César a La Capital.

Eran las 3.45. César manejaba su viejo Dodge 1500 en dirección a su casa, también en la zona sur. Cuando atinó a pasar por Biedma y España vio que en la esquina había tres muchachos que, de golpe, se cruzaron en su camino. "Mi hicieron bajar la velocidad, pensé que querían cruzar la calle, pero sacaron un arma y me apuntaron. Tuve que parar porque creí que me iban a tirar", recordó. De esa forma, los delincuentes lo hicieron bajar del coche y lo subieron al asiento trasero. Dos de los hampones ocuparon los asientos delanteros y el tercero se sentó junto a Serravalle.


Un "paseo" por el barrio
Así comenzó un paseo breve, pero caótico para César. Los delincuentes salieron por España y doblaron por Presidente Quintana en dirección al oeste. A todo esto, tanto el que iba como acompañante del conductor como el que iba junto a la víctima, comenzaron a golpearlo ferozmente. Mientras le daban "sin asco con la culata de un revólver y también con los puños", César escuchó que el que manejaba le ordenaba a uno de sus secuaces: "Dale, pegale un tiro que nos conoce". "En mi vida los había visto. Estaban locos. Te juro que pensé que me iban a matar. Cuando el que manejaba dijo dale, matalo comencé a temblar", admitió Serravalle.

A todo esto, el 1500 ya había ingresado en una zona de villa miseria, en Presidente Quintana y Moreno. Fue en ese lugar que Serravalle se dio cuenta de que podía escapar porque su puerta no estaba trabada. "Y me tiré del coche así como estaba, descalzo y todo. Si me hubiesen sentado del otro lado no lo podía hacer porque la otra puerta queda trabada. Me tiré al pavimiento porque estaba desesperado. No sé cómo caí, pero comencé a correr hasta que me metí en un pasillo de la villa para esconderme", manifestó.

Allí se quedó, inmóvil, hasta comprobar que los asaltantes habían seguido la marcha. Después César corrió en patas hasta la casa de una tía que vive en Italia y Quintana, desde donde llamó a la policía. "Fui con los del patrullero a dar una vuelta y a los pocos metros de Quintana y Moreno encontramos el auto tirado en una cuneta. Cerca de allí vimos a dos de los choros. Estaban en la calle, lo más campantes, como si nada hubiese sucedido. Al que no pudieron encontrar fue al que manejaba. Ese tenía menos de 20 años y fue el que ordenaba que me mataran", completó la víctima.

Los sospechosos fueron identificados por la Unidad Regional II como Marcos Daniel Ferreyra, de 27 años, y Sebastián García, de 19. Ambos fueron alojados en la seccional 15ª.

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Serravalle dijo que empezó a temblar cuando uno de los ladrones ordenó que lo maten.

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